A este estilo arquitectónico, el brutalismo, surgido en España rozando la década de los 60 pertenecen algunos de los edificios más míticos de la ciudad de Madrid. Son construcciones que muestran su naturaleza más expresiva a través de un material tan tosco como el béton brut, expresión francesa que da nombre al movimiento más amado y odiado a partes iguales, tanto por amantes de la arquitectura como por los más legos en el asunto.
Esta corriente bebe de las fuentes del concepto residencial Unité d'Habitation de Le Corbusier en Marsella, fechado también a comienzos de mitad de siglo XX. "La expansión global de este nuevo estilo coincide con la necesidad de reconstrucción en las ciudades en periodo de posguerra, lo que incrementa su popularidad", en palabras de Ana del Rosario Íscar, para Open House Madrid.
Entre los ejemplos más emblemáticos del brutalismo madrileño figuran varios proyectos de grandes leyendas de la arquitectura española como Miguel Fisac, Fernando Higueras, Fernando Moreno Barberá y Javier Carvajal, que son los más conocidos. Las tipologías donde encontramos esos encofrados a la vista tan rotundos como impresionantemente actuales, que hoy repiten muchos arquitectos, van desde viviendas particulares como la emblemática Casa Carvajal a iglesias como la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas, de la calle Conde de Peñalver 40, pasando por edificios destinados a la enseñanza como el Centro de Formación Santamarca, de Fernando Moreno Barberá, que también firma la Facultad de Ciencias Geológicas.
La polémica Torre de Valencia, de Javier Carvajal, un rascacielos que para muchos rompe el skyline urbano visto desde la Puerta de Alcalá, el edificio Torres Blancas, de Francisco Javier Sáenz de Oiza, la omnipresente sede de UGT, de Antonio Vallejo Acevedo, la Torre Cuzco, el complejo ministerial de Antonio Perpiñá, y el Edificio Beatriz, de Eleuterio Población Knappe son solo algunos de los edificios que constituyen hitos brutalistas en la ciudad que sirven al ciudadano o al viajeros incluso para orientarse.
Otros ejemplos que eran referentes urbanos de este estilo han desaparecido, como el edificio que albergaba la sede de Barclays en la plaza de Colón formando parte del conjunto que proyectó Antonio Perpiñá o el edificio de los Laboratorios Jorba, más conocido como la Pagoda, de Miguel Fisac.
Es interesante el trabajo del fotógrafo italiano Roberto Conte (@ilcontephotography), especializado en arquitectura, que ha realizado una serie centrada en la estética brutalista en Madrid. Vale la pena visitar su website un proyecto de Alejandro García Alcántara, que está detrás del perfil @madrid_brutalism y es autor también del libro 'Madrid brutal', con fotografías de Luis Carrón y editado por Ediciones La Librería.