Caracterizada por el uso de hormigón y formas geométricas muy marcadas, la arquitectura brutalista surgió tras la II GM y alcanzó su apogeo las décadas de los sesenta y setenta. En este artículo te contamos sus características imprescindibles y recorremos varios de los edificios icónicos del movimiento, algunos ya demolidos y otros conservados y protegidos por su innegable atractivo y valor histórico. Brutalismo: Poético y colosal En los dos años posteriores a la publicación en 2017 del libro del fotógrafo Peter Chadwick Un Mundo Brutal (Phaidon), se produjo un bum alrededor de la arquitectura brutalista. Olvidada y despreciada desde mediados de los 90 por parecer alejada de las necesidades y escala de las personas para la que se había pensado, resurgió entonces (y sigue vigente hoy) un renovado interés por una arquitectura propositiva, colosal y alejada de adornos , que recupera imágenes tan poéticas como la de los laboratorios JORBA en Madrid, del arquitecto Miguel Fisac, derribados a golpe de piqueta tras aprobar su demolición el entonces alcalde de la capital José María Álvarez del Manzano. Formas masivas y geométricas alejadas de adornos ¿Qué caracteriza el brutalismo en arquitectura? El uso del hormigón armado visto de forma masiva y sin adornos es, sin duda, la característica principal. Los edificios brutalistas presentan una marcada geometría. Se trata de volúmenes rotundos, imponentes y de líneas simples, cuyo diseño huye de elementos decorativos en favor de una estética minimalista. Tres décadas de dominación 'brutal' Como decíamos antes, la arquitectura brutalista, cuyo periodo de esplendor transcurre entre mediados de los 40 y finales de los 70 del siglo pasado, cayó en desuso hacia mediados de los 90, pero en el último lustro ha despertado un renovado interés entre los aficionados a la arquitectura. ¿Cuál puede ser la razón? Todos los edificios tienen algo único. Probablemente sea su aspecto monolítico y futurista el que, como si fuera el sonido de la flauta del flautista de Hamelín, hace imposible apartar la vista de ellos. Le Corbusier: el origen de la arquitectura brutalista El brutalismo, cuyos orígenes son inciertos pese a que hay cierto consenso en citar a Le Corbusier y sus edificios entre mediados de los 40 y los 50 como precursores, es un movimiento que ve en el hormigón la posibilidad de hacer una arquitectura nueva y mejor para todo el mundo. Como se puede leer en la web del Royal Institute of British Architects (RIBA), el término brutalismo en arquitectura fue utilizado por primera vez por Alison Smithson en 1953 para un proyecto no ejecutado de una casa en Colville Place, Soho. Sin embargo, fue una reseña en The Architectural Review escrita por Reyner Banham en 1955 sobre la escuela de Alison y Peter Smithson en Hunstanton, Norfolk, la que estableció definitivamente el concepto de brutalismo en arquitectura. Algunos edificios brutalistas que debes conocer ¿Dónde hay arquitectura brutalista? Londres tiene destacados ejemplos del brutalismo en arquitectura , como el Barbican Centre, el Teatro Nacional o, una maravilla como la Hayward Gallery, donde se mezclan columnas en forma de seta, geometrías desordenadas, cubos y terrazas en voladizo. Además, la Preston Bus Station (1968), en el condado de Lancashire, construida por Charles Wilson y Keith Ingham, también es un edificio espectacular y protegido (algo que nunca se hizo con los laboratorios JORBA de Fisac, por ejemplo). Robin Hood Gardens: un icono caído bajo la piqueta Como los laboratorios JORBA, otro destacado ejemplo de la arquitectura brutalista derribado hace poco más de diez años, no sin una agria polémica, son los Robin Hood Gardens de los Smithson . El ayuntamiento de Boston o el aulario de la Universidad de Delft (1966), de Van den Broek & Bakema, son otros dos ejemplos destacados del brutalismo en arquitectura. Madrid: centro del brutalismo en España En cuanto a la arquitectura brutalista en España, una rápida búsqueda en Google revela los edificios más reconocidos en nuestro país (la mayoría de ellos en Madrid) , como la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid (1971), de José María Laguna Martínez y Juan Castañón Fariña; la Torre de Valencia (1973), de Javier Carvajal, criticadísima porque rompe radicalmente con el perfil estético de esa zona de la capital. El atractivo visual innegable de la arquitectura brutalista Más ejemplos de arquitectura brutalista en España son el Centro de Estudios Hidrográficos y el edificio IBM, ambos de Miguel Fisac; y Torres Blancas, de Javier Sáenz de Oíza, un edificio de formas nuevas y propositivas que tienen en el hormigón su seña de identidad y que sigue resultando muy moderno. En todo caso, no se pueden obviar los excesos y fallos de la arquitectura brutalista; especialmente el hecho de que, pese a su atractivo visual, calidad e interés por solucionar problemas, en muchos lugares esos edificios estuvieran descontextualizados. Aun así, el atractivo visual de las obras que citamos en este artículo justifica el enorme interés que sigue provocando este movimiento. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.arquitecturaydiseno.es, suscríbete a nuestra newsletter .