Clásicos Mexicanos no es el nombre de un ciclo de la Filmoteca, sino el de una joven galería que está desempolvando el diseño del México del siglo XX. Mediante reediciones facsimilares, el mobiliario que ha quedado en las fotografías documentales de los archivos de los arquitectos vuelve a estar en el mercado.
Como la carrera de diseño industrial no existía en el país, arquitectos y artistas de la modernidad mexicana se dieron a la tarea de hacer mobiliario. Muchas veces, eran diseños que no se producían más allá de proyectos específicos. Es por eso que ahora esta galería los vuelve a introducir en el mercado. Son piezas de autores tan prestigiosos como Mathias Goeritz, Ricardo Legorreta o Agustín Hernández.
Mediante investigación de archivo, hemerográfica y de campo, Clásicos Mexicanos recupera material de época, diseños olvidados y documentación de procesos de producción originales, que sirve para la elaboración de las reediciones de los muebles y su reinserción en el mercado, siempre buscando a los talleres originales que colaboraron con los arquitectos, así como social y ecológicamente responsable. Así, aquel que compra una pieza en Clásicos Mexicanos está adquiriendo un pedazo de historia de México, una pieza de autor y un objeto de decoración y deseo.
Ubicada en Tres Picos 65 en Polanco, la galería ofrece periódicamente exposiciones que indagan en los diseños de los arquitectos y presentan piezas pocas veces vistas, atractivos y originales muebles que fascinan a interioristas y coleccionistas por su originalidad y calidad técnica. Desde Armando Franco, con su diseño industrial artesanal, pasando por el brutalismo de Antonio Attolini Lack y las innovaciones de los muebles tradicionales de Po Shun Leong, los muebles de Clásicos Modernos no tienen desperdicio.
Sin duda, una opción que no sólo viene a refrescar el panorama del mercado de diseño nacional, sino también a rescatar la herencia moderna mexicana.