En la última década, una revolución imparable ha sacudido el mundo del vino: la fiebre del vino natural. Este fenómeno, lejos de ser una moda pasajera, se ha consolidado como una tendencia sólida entre los enófilos que buscan autenticidad, sostenibilidad y una conexión más profunda con la naturaleza. Los vinos naturales, elaborados con mínima intervención y un respeto absoluto por el entorno, nos invitan a redescubrir el placer de lo genuino.
En pleno corazón de Gijón, muy cerca de la Plaza del Carmen, encontramos Cadejo Wine Bar, mucho más que un bar de vinos, un refugio donde cada botella cuenta una historia y cada sorbo nos habla de un viñedo cuidado con esmero. Este local celebra la diversidad del vino, con un énfasis especial en bodegas de pequeños productores que practican una viticultura sostenible y de mínima intervención.
La oferta incluye un mínimo del 30% de vinos naturales, un porcentaje que refleja su firme compromiso con esta filosofía. Los vinos aquí no solo se degustan, sino que se viven, se sienten y se disfrutan en su máxima expresión. Y, para reflejar esta pasión a través del interiorismo, contaron con la ayuda de Paula Currás, al frente del estudio asturiano Currás Estudio, quien ha diseñado el estuche perfecto.
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