Es el rincón dorado de los neoyorquinos. Topónimo de origen sajón que significa "hogar apartado", los Hamptons es un paraíso de playas infinitas y lujosas mansiones. Cuesta creer que, a solo 150 kilómetros de Nueva York, exista este remanso de paz. La sensación de lujo, calma y sosiego se respira también en el interior de la casas, espacios con una paleta de colores azul, blanca, verde y gris en los que brillan las piezas especiales, aquellas que cuentan alguna historia. Una atmósfera que puedes recrear en casa si escoges las piezas adecuadas.