Pocas cosas hay más agradables y reconfortantes que llegar a casa y dejarse seducir por el sofá, que nos invita a desconectar. Este mueble es, por méritos propios, la estrella del salón. Es un imprescindible incluso cuando los metros escasean. Encontrar el diseño perfecto puede convertirse en un quebradero de cabeza, porque siempre se busca que no ocupe mucho espacio cuando ya de por sí es reducido, y que la habitación se vea estilosa.
Escoger un sofá pequeño cuando tenemos pocos metros
A la hora de escoger un sofá para un salón pequeño, una buena apuesta es centrarse en los que solo tienen dos plazas. Son ligeros, prácticos y ocupan poco espacio visual. A pesar de lo que pueda parecer, un sofá en L también puede ser una buena idea por que es versátil y tiene una ubicación clara: uno de los rincones del salón. Y cuando el salón tiene medidas mini, es probable que sea acorde con el resto de la casa, con lo que la practicidad es clave. En este caso, los sofás cama son la solución idónea ya que no solo tendremos un salón confortable, también permite tener una cama extra en caso de recibir visitas.
Con acabados industriales, toques nórdicos, de líneas atemporales, clásicas… muchas son las opciones que existen en el mercado, entre las que podemos buscar la que más nos represente. Dar con uno que nos acoja sin presionar, que sea estético, cómodo y aguante con el trote diario se convierte en el deseo que todos tenemos. Eso sí, antes de adquirir uno, no te olvides de medir el espacio que tienes porque hay cosas que no se pueden modificar y el hueco disponible es una de ellas.