A la hora de decorar cualquier espacio, y especialmente si la habitación es pequeña, resulta tentador colocar el sofá (u otros muebles) contra la pared. En realidad, es una idea que no es tan buena como puede parecer a priori. ¿Por qué? Solo crearás un espacio en el centro que no es funcional y que, decorativamente, debes rellenar con algo de sentido.

Nuestro consejo, en lugar de llevarte el sofá contra la pared, es que des forma a la distribución desde el centro hacia afuera para conseguir un ambiente más acogedor.

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Casa con un salon decorado con sofa de 3 plazas

Casa con un salón decorado con sofá de tres plazas.

Dion Robeson

Piensa en la relación entre el mobiliario

¿Dónde colocar un sofá, un par de butacas y las mesas de centro en el salón? La respuesta es sencilla. Piensa en cómo quieres que los sillones, el sofá y el resto de los muebles se relacionen entre sí. Piensa también en qué tipo de espacio quieres y cómo lo vas a usar. Seguramente, las respuestas que encuentres vayan descartando por sí mismas que lo coloques contra la pared.

Casa Eñe Estudio Albar salón comedor

Salón-comedor con sofá y butacas blancas. Proyecto: Estudio Albar.

Estudio Albar

Sigue la regla del círculo de los tres metros

No arrimar sofá y sillones contra la pared refuerza la sensación de intimidad. De hecho, cuanto más cerca estén, mayor será sensación de conexión entre todas las piezas y, de alguna forma, se potencia su función, que no es otra que la de que la gente se siente a gusto a charlar.

Una buena regla es que la distancia más grande entre cualquiera de los asientos del salón no sea en ningún caso superior a tres metros. Al decorar, crea un círculo imaginario cuyo diámetro no exceda esta distancia y reforzarás la sensación de conexión entre las personas.

apertura chimenea negra sofá gris

Un sofá gris de respaldo bajo en un amplio salón.

Marco Antonio

En el centro y modular para crear zonas diferentes

Si no arrimas el sofá contra la pared, tendrás mucha más libertad para componer el espacio a tu antojo. Nuestro consejo es que si tienes un salón muy grande (como este de la foto) o muy pequeño, te decantes por un sofá modular porque son más útiles de cara a crear distintas zonas de asientos y, así, transformar un salón que, probablemente, con otro tipo de sofá se percibiría como poco acogedor. 

Fíjate en este caso como este sofá modular da forma a diferentes zonas; todas bien integradas.

Salon de una casa moderna con vigas de madera vistas y sofa´ blanco

Salon de una casa moderna con un sofá de líneas orgánicas y respaldo bajo.

Eugeni Pons

Formas redondeadas y respaldo bajo

En el hogar, se tiende cada vez más hacia sofás de formas más redondeadas. En realidad, esto sucede porque ya no interesa tanto la decoración minimalista y porque, de alguna forma, las formas orgánicas rebajan la presencia visual de una pieza que cada vez es más grande.

Lo mismo ocurre con el hecho de que el respaldo tienda a ser cada vez más bajo. En resumen, el sofá sigue siendo el protagonista del salón, pero no debe resultar un elemento invasivo.

piso en barcelona con paredes de color rosa salon con sofa de color gris y ventana con molduras

Piso en Barcelona con el sofá gris 'Mags', de Hay.

Roberto Ruiz

Como elemento clave para dar escala y calidez

El elemento clave de este proyecto es el armario azul a medida que divide la entrada de la casa del salón y que transforma ese espacio a caballo entre ambas en una suerte de vestidor.

El sofá Mags, de Hay, contribuye a definir las dimensiones del salón y a darle algo de escala y calidez –la silla Roll Club, de Kettal, también tiene mucho que decir en este sentido– a un ambiente con mucha luz natural y techos altos.

chimenea y sofa´ casa praga

Salón de un piso en Praga con el sofá como elemento que define el espacio.

BoysPlayNice

Un sofá como elemento zonificador

Si tienes un amplio salón diáfano como este de la foto, un sofá es un estupendo elemento que te ayudará a definir el espacio.

Quizá estés pensando que sería mucho mejor hacerlo con una estantería, pero no es así. Una estantería, por abierta que sea, terminará convirtiéndose en una suerte de tabique cuando termines de colocar los libros, adornos o plantas. Por el contrario, un sofá de respaldo bajo (60 cm.), y preferiblemente con patas, dividirá el salón, pero permitirá ver el resto del espacio y, en consecuencia, la sensación de amplitud será mayor.

Piso moderno totalmente reformado en Moscu salon con sofa gris

Piso moderno en Moscú.

Mikhail Loskutov

Frente a la ventana sí, pero deja espacio detrás

Colocar el sofá frente a la ventana no es mala idea, pero se deben dejar libres al menos 80 cm. para poder abrirla. Como sucede en este caso, apuesta por un modelo con patas y de respaldo bajo para no interrumpir el paso de la luz

Si, como pasa aquí, la ventana va de suelo a techo, el sofá recibirá mucha luz y la tapicería podría estropearse –sobre todo cuanto más oscura sea más rápido perderá su color–. En una tapicería en tonos claros se notará menos el paso del tiempo.

 

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