Aunque sus nombres puedan intimidarte, lo cierto e que las plantas colgantes son fáciles de reconocer. Son aquellas cuyos tallos no son erguidos y pueden convertirse en la mejor arma de seducción de tu casa. Como no pueden sostenerse por sí mismas, este tipo de plantas desarrollan diferentes formas, creando circuitos naturales, a cuál más original y expresivo. Además limpian el aire, reducen el estrés y aportan sensación de bienestar. A cambio, solo piden que las sitúes en un lugar favorable y que las riegues –ni mucho ni poco–. Verás cómo sus ramas crecen largas y gruesas, ofreciendo un espectáculo de luz y de vida.