Hace más de un siglo, figuras como Elsie de Wolfe, Sister Parish y Andrée Putman rompieron con los moldes rígidos de su tiempo para revolucionar el interiorismo, haciendo de sus propuestas una declaración de principios y estética. Ellas sentaron las bases de lo que hoy entendemos como diseño de interiores moderno. Las mujeres de hoy, muchas con trayectorias de más de tres décadas a sus espaldas, son las herederas naturales de esa tradición, pero con una vuelta de tuerca. No solo han tomado el testigo, sino que lo han pulido y reconfigurado, dándole nuevas capas de complejidad, sensibilidad y, sobre todo, contemporaneidad.

Si bien aquellas pioneras convirtieron lo cotidiano en arte y lo doméstico en espacio para la expresión personal, las diseñadoras actuales han abrazado esa herencia con una visión mucho más global y transversal. La obra de Kelly Wearstler, India Mahdavi o Ilse Crawford no solo se inscribe en la continuidad de aquellas pioneras, sino que refleja una evolución hacia un diseño que integra lo local y lo global, lo clásico y lo contemporáneo, en un solo discurso.

Estas mujeres nos muestran que el diseño es un lenguaje vivo, en constante diálogo con su historia, pero siempre mirando hacia el futuro.

 

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Kelly Wearstler: el maximalismo refinado

La diseñadora estadounidense Kelly Wearstler ha sabido consolidarse como una de las voces más influyentes del diseño de interiores a nivel global. Su capacidad para mezclar estilos, épocas y materiales es tan arriesgada como calculada, creando ambientes que cuentan historias únicas.

Wearstler ha sabido dejar su huella en hoteles de lujo, residencias privadas y espacios comerciales, siempre buscando el equilibrio entre lo opulento y lo acogedor. Su enfoque maximalista, donde los contrastes encuentran armonía, la sigue posicionando como una pionera de la escena.

India Mahdavi: la reina del color

Si hablamos de interiores que evocan alegría sin caer en lo obvio, India Mahdavi es la referencia indiscutible. Aunque nacida en Teherán, esta diseñadora se ha movido con fluidez entre culturas, llevando su perspectiva cosmopolita a sus creaciones.

Mahdavi es una maestra en el uso del color, que no es solo un recurso estético, sino una herramienta emocional. Su diseño del restaurante Sketch en Londres es un ejemplo icónico: un salón revestido de rosa que se ha convertido en uno de los espacios más instagrameados del mundo, sin perder un ápice de sofisticación. India nos demuestra que, en un mundo lleno gris, el color puede ser una declaración poderosa.

Rosie Uniacke: el lujo del silencio

Frente al bullicio visual que predomina en muchos proyectos actuales, Rose Uniacke apuesta por la serenidad de lo clásico actualizado. Su estilo, que describe a la perfección el lujo silencioso, se centra en la simplicidad y la elegancia sin pretensiones. Uniacke es conocida por crear espacios que invitan a la calma, donde la luz natural y los materiales nobles son los verdaderos protagonistas.

Su enfoque minimalista está lejos de ser frío o distante; es, en cambio, profundamente humano y acogedor. En sus manos, menos es, indudablemente, más.

Nathalie Deboel: la quietud como estilo de vida

Desde Bélgica, Nathalie Deboel ha ido construyendo su carrera en base a un enfoque que busca la calma y el equilibrio. Sus interiores minimalistas buscan un retorno a la esencia, donde cada elemento tiene una razón de ser.

Deboel es una firme defensora del diseño sostenible, no como una tendencia, sino como una necesidad en el mundo contemporáneo. Sus proyectos reflejan un compromiso tanto estético como ético, donde el bienestar de quienes habitan los espacios es siempre una prioridad.

Ilse Crawford: el diseño como bienestar

Ilse Crawford es una figura clave en el diseño de interiores contemporáneo cuya filosofía se centra en el bienestar humano. Desde su estudio Studioilse, Crawford ha trabajado en proyectos que buscan crear ambientes visualmente atractivos que, a la vez, fomenten el confort y la conexión emocional con el espacio.

Con un enfoque holístico, sus diseños exploran cómo los materiales, la luz y los detalles pueden afectar nuestro estado de ánimo y bienestar. Ya sea en un hotel boutique o en una residencia privada, la obra de Crawford va más allá de lo estético. 

Con su influencia, Crawford ha sabido elevar el concepto de lo cotidiano, inspirando a toda una generación a pensar en el diseño no solo como una disciplina artística, sino como una herramienta para mejorar la calidad de vida.