La mayoría de veces subestimamos el poder del espacio de nuestra casa. La vemos pequeña, con menos posibilidades de las que nos gustaría o con metros mal distribuidos.
Sin embargo, muchas de ellas, solemos tener una visión 2D, analizamos la planta y determinamos. Y aquí está el quid del asunto. Que casi nunca se nos ocurre mirar hacía arriba, donde siempre intuimos que debe ir el techo.
Y en estas, que se nos pierde un ítem fundamental: si hay altura suficiente, podemos pensar en 3D y construir también hacía el cielo.
Aquí hay cinco ideas (nada obvias) que te van a sorprender.