Se ha ganado a pulso el premio al transporte imprescindible de la nueva normalidad tras la crisis del Coronavirus.
De hecho, su uso se ha multiplicado por siete después del confinamiento, debido a que preferimos desplazarnos de manera que no suponga contacto personal directo (como en el caso del autobús o el metro), respetando la distancia social. Además, es sostenible, ya que no contamina, y un sustituto a las máquinas de los gimnasios.
Según Acierto.com, el 20% de las personas que utilizaba el transporte público para acudir a su puesto de trabajo antes de la pandemia, ahora lo hará a través de medios privados. Y esta parece ser la opción elegida por la mayoría.