Pasamos el 90% del tiempo encerrados entre cuatro paredes, y eso es algo poco recomendable para nuestro equilibrio físico y emocional. Nuestro organismo ha evolucionado durante miles de años en entornos abiertos, por eso es preciso introducir en casa elementos de restauración cerebral y confort a través de estímulos perceptivos relacionados con la neurociencia aplicada a la decoración.

1. Geometría sensible 

En términos de neurociencia, nuestro cerebro percibe las formas orgánicas como amables y cercanas. Quizá no es tanto porque las formas curvas nos relajen –o nos conecten con el diseño natural– como el hecho de que las formas aristadas ponen en alerta nuestro sistema nervioso autónomo y son percibidas como potencialmente peligrosas.

 

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2. Plano subconsciente

De toda la información que nos llega del entorno inmediato, tan solo el 5% es procesada en el plano consciente; el resto se hace a través del subconsciente e incide sobre nuestro sistema nervioso autónomo, modificando la respiración, el ritmo cardíaco o la temperatura corporal. La decoración puede trabajar en el plano subconsciente para modificar nuestro comportamiento.

3. Condiciones biológicas

Hemos normalizado determinadas condiciones ambientales nada saludables a nivel biológico y neurológico, hasta el punto de no percatarnos de lo nocivo de un aire demasiado viciado, una iluminación insuficiente en la zona de trabajo o cómo la contaminación electromagnética en casa puede derivar en severos problemas de alteración del sueño y todo lo que ello conlleva.

4. Abanico de posibilidades

Los conocimientos en neurociencia aplicados a la arquitectura y el interiorismo han abierto un abanico de posibilidades de trabajar los espacios de manera que incidan directamente sobre el comportamiento de las personas. Podemos diseñar un salón que induzca a la comunicación, un estudio que favorezca la concentración y la creatividad o espacios de restauración cerebral para los usuarios de oficinas y escuelas. 

5. Cuidado con el teletrabajo

No sabemos cuánto tardaremos en darnos cuenta de que esta nueva realidad que estamos aceptando, en la que podemos vivir y trabajar bajo el mismo techo, sin salir de casa para caminar y respirar aire exterior al menos durante unos minutos, no nos beneficia. Forzarnos a ello acarreará problemas a corto y medio plazo; estamos creando un estado de desequilibrio para nuestro organismo.

 

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6. Contacto natural

Uno de los conceptos de la neurociencia que más investigación aporta al diseño es el de biofilia. Para el biólogo Edward O. Wilson, el contacto con los seres vivos, ya sean plantas o animales, es tan importante para el ser humano como la socialización con otras personas. La biofilia se organiza en tres áreas de aplicación: la naturaleza en el espacio, los análogos naturales y la naturaleza del espacio.

7. La hormona del estrés 

El trabajo, nuestra vida social, las redes, la familia, etcétera; todos esos aspectos contribuyen a la segregación de cortisol, la hormona del estrés. El cortisol no es malo, lo necesitamos para despertarnos y activarnos por la mañana. El estado de estrés crónico y la presencia de cortisol en sangre de forma permanente sí que es un problema.

8. Interiorismo regenerativo

El estrés persistente puede ser paliado, e incluso revertido, a través del diseño de interiores y la aplicación de la neurociencia; este es uno de los campos más contrastados sobre los que se trabaja. La capacidad para compensar la degeneración cerebral derivada del estrés dependerá de la severidad de la situación.

9. Estrategias naturales

Decenas de estudios han demostrado que determinadas acciones como introducir un contacto con la naturaleza, real o ficticia, utilizar estímulos sensoriales no rítmicos o emplear materiales naturales poco industrializados reducen el estrés, y consecuentemente, la presión sanguínea y la tensión arterial entre otros indicadores.

10. Desempeño cognitivo

Otras acciones, como favorecer la percepción de ligeras variaciones térmicas y de corrientes de aire o introducir la presencia de agua en los espacios habitados, tienen un significativo impacto positivo sobre la concentración y restauración de la memoria. Ambas son relativamente fáciles de incorporar a un proyecto de decoración.

Sillón Boucle, de Lotta Agaton para Layered.

Layered

11. Estado de ánimo

La neurociencia aplicada a la decoración también trabaja los estados de ánimo, las emociones o las preferencias. Acciones como las ya comentadas de conexión con la naturaleza, u otras que introducen estímulos frente a la rutina, despiertan estados de mayor felicidad, e incluso aceleran la recuperación de enfermedades.

12. Herramientas arquitectónicas

Los estudios sobre neurociencia aplicada a la arquitectura tienen como objetivo identificar y medir la incidencia sobre el comportamiento de las personas de determinadas herramientas. Así podemos crear espacios que ayuden a la relajación, la concentración o la socialización a través del subconsciente.

13. Arquitectura contra el trauma

Un artículo escrito por Ann Sussman & Katie Chen y publicado en Common Edge aporta la sorprendente teoría de que la arquitectura moderna surgió de los trastornos y traumas de algunos de sus padres fundadores. Por ejemplo, algunos autores sugieren que Le Corbusier padecía autismo, y que sus diseños fueron una respuesta a su lucha por encontrar la calma frente a la hiperestimulación cerebral. Del mismo modo se apunta a que Walter Gropius, traumatizado por su experiencia como combatiente en la Primera Guerra Mundial, diseñó su casa en Boston como un refugio seguro en una colina remota lejos de la calle.

 

Cocina Frame, de Reform.

Reform

14. Dudosa aplicación

Este conocimiento para mejorar el confort y el bienestar físico y mental de los usuarios de los espacios que diseñamos ha sido aplicado de forma sistemática en ámbitos distintos al residencial muchas veces con fines lucrativos. La mayoría de restaurantes de comida rápida son de color rojo, un tono que estimula nuestro sistema digestivo y favorece una mayor rotación de mesas.

15. Psicología del color

El color es una de las herramientas más versátiles que existen en el campo de la neurociencia aplicada, no tanto por el hecho de si un determinado tono nos gusta más o menos, sino porque un conjunto de colores puede llegar a cambiar nuestro estado emocional. Eva Heller, en su libro Psicología del color, realizó un amplio estudio de "acordes de color" y su influencia sobre las personas.

16. El ciclo circadiano

Sobre iluminación y neurología se ha hablado y escrito mucho; no por ello dejaremos de insistir en la importancia de permitir que desde el interior de los edificios se puedan percibir la mayoría de matices que la luz exterior ofrece a lo largo de un día; como mínimo, la temperatura de color (calidez de la luz) y la intensidad. Estos matices son los que estimularán nuestros sensores biológicos y desencadenarán los procesos internos que se suceden en nuestro organismo a lo largo del día.

17. Inimitable luz natural

La luz natural es inimitable. La industria todavía no ha alcanzado un nivel de desarrollo suficiente que permita reproducir a la perfección la luz natural, con toda su potencia y todos sus matices, al menos de forma asequible. Por este motivo, una de las herramientas más poderosas en términos de neurociencia aplicada es permitir y potenciar el acceso de luz a los espacios interiores.

18. Reproducción de escenas

En aquellos casos en los que la luz natural no sea suficiente para iluminar un espacio utilizaremos el conocimiento sobre iluminación circadiana para compensar esta circunstancia. Instalaremos luminarias con capacidad de cambiar de intensidad y temperatura de color a lo largo del día o directamente distintos tipos de escenas lumínicas que se activarán según la necesidad.

 

La estantería Onda, diseño de Julia Jessen, juega con la simplicidad de su diseño y la forma curva de sus soportes metálicos para crear una impresión de sensual ligereza.

Julia Jessen

19. Agua en movimiento

El beneficio a nivel de reducción del estrés y relajación al introducir agua en movimiento en los espacios interiores es innegable; otra cosa es cómo hacerlo de forma práctica y atractiva en un interior contemporáneo occidental. El uso del agua como elemento decorativo en Oriente es muy común; en nuestra cultura todavía no tanto.

20. La visión del exterior

La oferta del mercado inmobiliario puede forzarnos a conformarnos con espacios que no son propicios. La necesidad de nuestro cerebro de tener visuales libres de obstáculos de más de 30 metros será siempre alta, así como su efecto en términos de control del estrés, tensión arterial o capacidad de concentración.

21. Proporciones y patrones

Habrás escuchado que la naturaleza es matemática: el patrón de crecimiento de las plantas, el movimiento de los ciclones, las mareas… Hasta determinadas geometrías óseas pueden replicarse en modelos matemáticos y, por tanto, compositivos. Este conocimiento también es neurociencia y puede implementarse en la decoración.

22. La importancia de la acústica

La acústica es una de las herramientas más olvidadas en nuestros diseños, especialmente los de decoración. El sonido es energía que viaja por ondas de aire y ejerce presión sobre nuestro organismo. Diversos estudios han concluido que determinados niveles de presión sonora se traducen en una constricción de los vasos sanguíneos.

 

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23. Materiales absorbentes

El confort acústico interior se consigue a través de una buena absorción de los materiales. Esto se traduce en la colocación de alfombras, cortinas, cojines e, incluso, empapelados de cierta rugosidad. Potenciaremos los materiales porosos y evitaremos aquellos duros y satinados que favorezcan la reverberación del sonido.

24. Barreras frente al ruido

El aislamiento acústico trata de evitar que los sonidos del exterior molesten en el interior de una vivienda. Para corregir este aspecto es mejor trabajar sobre la fuente del ruido y no tanto sobre el lugar donde molesta. Desde la perspectiva de la decoración, este aspecto puede paliarse con un trasdosado integral interior y ventanas aislantes.

25. Grados de relación

La disposición del mobiliario es mucho más importante de lo que se cree; según cómo organices una estancia fomentarás una elevada relación social o todo lo contrario. Las personas necesitamos tanto espacios privados como de relación, y en estos últimos es bueno disponer de zonas con distinto grado de relación. Rincones para conversaciones de dos o tres personas, lugares donde sentarse de forma expuesta –como una barra en una isla de cocina– o sofás enfrentados para conversaciones en grupo.

 

 

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