Se presentan, se atraen, sienten la química y el enamoramiento. En definitiva, se hacen pareja (o lo que sea). A este ciclo se le llama 'atracción'.
Una segundo tramo es cuando ya se conocen un poco más, salen del estado 'ciego' en el que solo se ven las cualidades del otro y afloran los defectos. Aun así, con aceptación y empatía, mantienen el deseo y la pasión.
Si se posee la madurez suficiente, llegan a la siguiente fase y deciden convivir. ¡Aja! Aquí es donde los cínicos dirán que se acaba el amor. Pero nosotros apostamos por uno que pueda incluir esa faceta y se comparta plenamente. Por ello, estos son los mejores consejos para habitar conjuntamente en la misma casa y que sea una aventura agradable y placentera.