Además de cumplir su importante función, las lámparas se han convertido en todo un icono de estilo capaz de levantar cualquier estancia. Algunas tienen unos diseños tan impactantes que es imposible no enamorarse de ellas. Sin embargo, antes de dejar llevarse por el primer impulso priorizando la estética, hay que valorar una serie de cuestiones.
Para empezar, es evidente que un dormitorio, un pasillo oscuro, un cuarto de baño o un enorme salón tienen distintas necesidades de iluminación. Por otro lado, las dimensiones y el estilo de cada uno también van a condicionar esta elección.
Y es que lo más importante a la hora de decorar es sacar el máximo partido a las estancias descubriendo su potencial y creando resultados equilibrados. Una lámpara demasiado grande, por muy maravillosa que sea, puede empequeñecer una habitación incluso llegar a resultar incómoda. Como de los errores también se aprende a continuación se desgranan algunos de los más habituales para poder evitarlos.