El vasto paisaje del Alentejo portugués ha inspirado esta casa de nueva planta, obra del estudio de arquitectura liderado por Ricardo Bak Gordon, quien ha realizado un diseño partiendo de un extenso depósito de agua, a ras de suelo, adosado a un muro, orientado al sur, "como si fuera una caja de resonancia de todo el paisaje", dice el autor. Este tanque de agua, que también podemos llamar piscina, fue diseñado para reflejar el entorno rural circundante, que está formado por terrenos herbosos y arenosos. Del otro lado de este muro se ubican los espacios sociales y dos salas de "fresco", lugares de transición entre el interior y el exterior, considerados como fundamentales para la vida cotidiana de la casa. Alrededor del pequeño patio interior gravitan diferentes áreas privadas. "El paisaje de Alentejo es muy horizontal y la luz del sol es muy geométrica", dicen desde el estudio, de forma que "la relación entre la luz y la sombra se convirtió en un elemento fundamental de este proyecto". También la tradición edilicia de la zona ha sido decisiva en el uso de materiales, pues la argamasa de cal, que cubre todas las superficies, siempre se ha utilizado en las construcciones ancestrales de esta región portuguesa. Una casa con raíces autóctonas.