A las afueras de la ciudad de Kiev, en Ucrania, los diseñadores Viktoria Yakusha y Vladislav Baranow, fundadores del estudio Yakusha Design han proyectado esta vivienda familiar, pensada para irradiar paz y tranquilidad. Con una superficie de 235 m2, la vivienda se viste a partir de una paleta monocromática, combinada con una cuidada selección de piezas de mobiliario y objetos decorativos –algunos de ellos diseñados por los propios responsables del proyecto bajo la firma Faina– que dan como resultado una encantadora residencia, capaz de atraer todas las miradas, especialmente a los amantes del minimalismo.
Una vez se accede a la vivienda, se observa cómo la superficie se ha distribuido en dos plantas. La inferior se caracteriza por ser un espacio abierto en el que se dan cabida la cocina, el comedor y las salas de estar. Las paredes exteriores están casi cubiertas con ventanas, proporcionando mucha luz natural para cocinar y reunirse con la familia. En la cocina, una gran isla central de trabajo revestida de piedra oscura focaliza todas las miradas y se convierte en el eje central de la cocina, alrededor de la cual se disponen los diferentes ambientes. La zona de almacenaje de la cocina, totalmente en blanco, se integra por completo en el ambiente sin apenas peso visual. A un lado de la cocina abierta está el comedor, cuyo mobiliario en madera clara y acabado natural se yuxtapone a los tonos oscuros de la cocina y del suelo de hormigón pulido, a la vez que aporta un extra de calidez al ambiente. Los altos techos, junto con las muchas ventanas de la habitación, dan una gran sensación de ligereza.
En el otro extremo de la cocina se encuentra la sala de estar cuya apariencia se ciñe a tonos neutros, con un suave sofá gris y una alfombra de felpa. El nivel superior de la vivienda está reservado a zona de noche, un ambiente más íntimo ocupado por dormitorios y baños. Una suave color rosa grisáceo tiñe completamente el dormitorio principal en un sugerente juego de texturas y materiales.