A finales del año 1964, el artista holandés Willem G. Van der Hulst ubicó su casa-taller en un paraje boscoso de Holanda, fascinado por las vistas. El entorno se convirtió en la fuente de inspiración para sus pinturas y esculturas. Muchos años después, Studio Asker ha transformado esta vivienda-estudio formada por dos grandes bloques de madera en una casa de vacaciones familiar, respetando el espíritu artístico de las construcciones originales y dotándolas de una agradable atmósfera de serenidad para una convivencia sosegada y feliz.
El mismo paisaje que encandiló al artista en los años sesenta ha inspirado la reforma llevada a cabo por el estudio de Ámsterdam. El diseño interior se alía con la naturaleza para crear un ambiente orgánico, con una paleta de materiales y colores rica en texturas.
"Para los suelos y techos se eligió madera de roble de calidad, sin nudos, como base tranquila de la casa", explican desde el estudio de arquitectura. El acabado uniforme crea una sensación de seguridad e intimidad. En el salón, las ventanas en voladizo enmarcan las vistas como si fueran obras de arte, haciendo un guiño al pasado artístico de la casa.
Una intervención importante fue la eliminación de algunos muros alrededor de la entrada de la residencia principal, lo que abrió todo el espacio, creando una circulación más fluida. La inspiración para el proyecto procedió de una interpretación personal del "modernismo escandinavo", líneas puras y simples y la funcionalidad de los muebles.
La tradición y la artesanía eran centrales, y esto se refleja, por ejemplo, en el mueble principal de la cocina, que continúa a modo de aparador. El diseño es uniforme y firme, pero, visto desde cerca, se pueden apreciar algunos detalles tradicionales, como los azulejos de espiga o los bordes cincelados a mano alrededor de la encimera de piedra natural. Cálido, ligero y con mucha madera, es un refugio que permite huir a la familia del estrés de la ciudad.
El salón, con vistas al bosque, está decorado con muebles de madera de roble de edición limitada, concretamente con una mesa de centro y butacas tapizadas en lino, terciopelo u otros materiales, todo de los portugueses Studio HAOS.