La sostenibilidad y la integración en el rico entorno natural de Costa Rica son la base de este proyecto de arquitectura firmado por el estudio checo Formafatal y ubicado en Bahía Ballena, cerca del pueblo de Uvita. Se trata de dos villas minimalistas en las que se ha implementado por primera vez en el país el Tapial, una técnica milenaria en la que se utiliza la tierra generada en las excavaciones para la construcción de los muros de carga. En un terreno de 11.000 metros cuadrados y a una altura de 300 metros sobre el nivel del mar, estas dos pequeñas villas se integran en el paisaje de una colina cubierta de bosques selváticos. Ambas, que parecen levitar sobre la ladera sur, están proyectadas para ser viviendas de alquiler vacacional.
Los 90 metros cuadrados de cada una de las villas están diseñados a partir de criterios de arquitectura biofílica. Sin elementos adicionales innecesarios y con todo lo esencial, las dos construcciones, muy parecidas arquitectónicamente, cuentan con un interior en el que el juego cromático toma el protagonismo. "El diseño arquitectónico se basa en el 'genius loci', en la orientación de la parcela de construcción hacia la vista infinita del Océano Pacífico y la morfología del terreno", explica Dagmar Štěpánová, el arquitecto a cargo del proyecto. "El concepto de color de los interiores responde a las energías que se percibían en la ubicación de las villas antes de su construcción", añade. Aunque las villas están separadas por solo 12 m, cada una de ellas tiene vibraciones claramente diferentes que el arquitecto quiso reflejar en el diseño interior.