Casa Roure (roble en catalán) se posa volada sobre unas terrazas entarimadas en un terreno rodeado de un bosque de robles. El proyecto arquitectónico de Ventura Studio, con el arquitecto Juan Carlos Fernández y la diseñadora de interiores Reyes Castellano al frente, sigue un planteamiento sostenible desde el inicio. Para la estructura pensaron en usar CLT, un laminado estructural de madera, procedente de bosques jóvenes controlados, que se utiliza en el norte de Europa y que es cada vez más conocido en España. El CLT tiene una huella de carbono negativa ya que absorbe el CO2. Este material tiene al mismo tiempo una función como aislante térmico y acústico natural, y presenta una gran resistencia al fuego. Se dejó toda la estructura del interior vista, con una veladura en blanco, de forma que el propio material actúa como revestimiento final, disminuyendo el uso de materiales de revestimiento interior al mínimo. Para la cubierta y los muros de la planta alta se utilizó pizarra, un material natural totalmente impermeable, duradero e ignífugo, cuyo proceso de elaboración tiene unas emisiones y un consumo de energía muy por debajo de otros materiales.
El espacio de salón, cocina y comedor se abre completamente en sus dos frentes al exterior, convirtiéndose en un gran porche entre robles. La planta baja, forrada de madera por el exterior y con una apertura que atraviesa el salón, es casi una continuación del bosque. La planta de arriba, en la que se encuentran los dormitorios, es un volumen de pizarra negra, con grandes ventanales que enmarcan las mejores vistas de los árboles. En el paisajismo primó la idea de dejar el bosque de robles lo más natural posible y aportar más plantas de la zona y que necesiten poca agua. Los propietarios de Casa Roure son amantes de la ilustración y el diseño icónico y de autor, y esto se refleja en la decoración y el diseño interior.