"La recta es del hombre; la curva es de Dios". Esta frase —más bien una sentencia— es del arquitecto Antoni Gaudí. Que nos perdone el catalán si cambiamos la última palabra por otra: "Patricia". Sí, las rectas son de “los demás”, pero la curva es de Patricia Bustos, que, precisamente inspirándose en el trabajo de los grandes maestros de la curva como Sáenz de Oiza, Antii Lovag y Gaudí, ha creado 'Casa Ola'.
Son ya 15 años de osadía non-stop los que lleva la interiorista y diseñadora madrileña dedicándose a volcar en su profesión dos de sus grandes filias: las curvas y el rosa. Dos elementos que están presentes en todos los proyectos realizados hasta la fecha, sin hacer concesiones y sin asomo de timidez o mesura. Los tonos fucsias, empolvados, nudes, o los más templados, como los terracotas o los melocotón ya formaban parte de su imaginario mucho antes de que llegara la tiranía del millenial pink gracias a Instagram.
Una casa inspirada en la naturaleza, el mar y el vibe playero
El talento de Patricia Bustos para modelar espacios sin renunciar a la habitabilidad de los mismos es algo verdaderamente notable. Y eso es lo que encontramos en esta vivienda unifamiliar, ubicada en una conocida urbanización del norte de la capital. Olvídense de coger el coche para ir a cualquiera de los embalses que llaman "la playa de Madrid": es mucho mejor llevarse la playa a casa. Pero que sea una de verdad, con los destellos nácar de las conchas bien cerca, y texturas y materiales naturales, como el mortero de fina arena, el mármol, el ónix, la madera de raíz o la cerámica artesanal, que reflejen la alegría y vitalidad de la vida familiar.
El objetivo era diseñar una casa envolvente y sensual, pero muy abierta, que fomentara la comunicación y el encuentro de los habitantes o, como dicen ahora, convivientes. Un lugar donde todo fluya y en el que el diseño arquitectónico y el mobiliario transmitieran armonía y buen rollo. Para hacer honor a su nombre, la entrada de 'Casa Ola' simula el tubo de una ola, mediante el efecto conseguido con transparencias y reflejos en sus paredes, hechas de policarbonato y con el techo iluminado con tubos fluorescentes e iluminación led RGB. Patricia es una gran aficionada al surf, y desde aquí, apoyamos no solo su trayectoria profesional, sino también que tenga hobbies tan sanos y de los que poder retroalimentarse a la hora de conceptualizar sus proyectos.
El acceso al salón nos recibe con imponentes ventanales que dan a un campo de palmeras tintadas por lamas iridiscentes que varían de color según la hora del día, evocando el amanecer o el atardecer. Patricia es valiente, porque no ha debido ser fácil decidir que todas las paredes y suelos de la casa, al igual que la carpintería, estuvieran revestidos de microcemento a base de mortero de arena de playa. Para potenciar el contraste, se ha combinado con el uso de materias primas, como las estanterías de travertino o la mesa de ónice (una losa muy tosca sin tratar) del salón. En esta estancia, con dos zonas de estar y un comedor central, todo está conectado pero puede dividirse sutilmente de forma simultánea.
La cocina como puzzle de materiales
La cocina y otros elementos arquitectónicos, como columnas y arcos, están revestidos con cerámica hecha a mano en diferentes formatos. La perfecta colocación de los revestimientos utilizando piezas enteras sin cortes ha sido quizá el mayor reto en la materialización de la idea. ¿Es Patricia también temeraria? Salgamos de dudas: "Fue esencial diseñar y calcular cada elemento para que coincidiera con los paneles de madera y con muebles como el cabecero y las mesillas de noche", nos cuenta la diseñadora, que parece resuelta a complicarse la vida con impecables resultados.
En conjunto, la casa está dividida por delicados velos, como la celosía pivotante que divide el salón de la cocina. Azulejos zellige en los frontales de zonas húmedas, una encimera de terrazo multicolor, espejos, cristal, una lámpara colgante encima de la isla de la cocina y taburetes de bambú con asiento de terciopelo. Si encuentran una mejor forma de empezar el día que desayunar en esta cocina, háganoslo saber.
Dormitorios y baños dignos de una escenografía de película
En los dormitorios continúa el juego de la curva y de la contracurva: lo único recto es la cama, y las líneas se compensan con mesitas de noche flotantes, lámparas tótem y un cabecero semicircular que se encuentran con el reflejo de sí mismos gracias a un espejo en forma de arco en la pared de enfrente que enmarca los armarios.
Si los adultos necesitan de una cierta dosis de fantasía para sobrellevar la rutina diaria, los niños aún más, y en mayor medida, para mantener viva la imaginación, el juego y la magia del crecimiento. Literas ocultas tras cortinas en degradado y un baño que comparte material con la entrada; el mismo policarbonato pero esta vez recubierto de vinilo iridiscente para recrear una aurora boreal multicolor.
'Casa Ola' respeta las formas orgánicas de la naturaleza con sus bordes redondeados, sus suaves quiebros y su trazado de líneas curvas. El resultado es un hogar que invita a la confianza, la intimidad y la armonía con el entorno. Volviendo a la cita del principio, si la curva es de Dios, que tome nota San Pedro, por si se plantea redecorar la entrada al cielo.