Situada a los pies de Lion’s Head y con vistas de excepción de Table Mountain, Signal Hill, las montañas del Boland y el skyline de Ciudad del Cabo, no es de extrañar que esta vivienda haya querido nutrirse de todo su entorno para equipar su interior. El artífice de ello es el estudio de arquitectura SAOTA, con sede en la propia capital sudafricana, que ha sabido dar en la diana en todos los requisitos planteados por sus propietarios. Para ello partía con cierta ventaja puesto que la vivienda pertenece al arquitecto Greg Truen, parte integrante del estudio SAOTA, y su familia.
La fuerte vinculación que hay del interior con el paisaje circundante se hace constante. Cada nivel tiene su propio conjunto de jardines y patios, proyectados por la paisajista Franchesca Watson. Todo ello hasta alcanzar el nivel superior donde un techo piramidal invertido con cerramientos acristalado ofrece amplias vistas de los cielos sudáfricanos al mismo tiempo que atrae la luz natural hacia el interior de la construcción, abarcando los 850 m2 de superficie. Asimismo, se ha toma como referencia el terreno montañoso sobre el que se asienta la casa para hacer uso de roca y piedra local en muros, tabiques y revestimientos que, combinados con la tabiquería de cristal, favorecen el diálogo constante entre espacio doméstico y entorno natural.
La entrada, una gran puerta de metal situada entre el muro de piedra y la casa propiamente dicha, se abre a un pequeño vestíbulo conectado a un jardín. Dividida en tres niveles, la planta baja alberga el garaje, el gimnasio, la sala de proyección y una habitación de invitados; en la planta intermedia se encuentran la zona de trabajo, así como los dormitorios y baños de los diferentes miembros de la familia; mientras que la planta superior, además de contar con vistas de película de la ciudad, aloja la zona más social de la casa con la cocina abierta, el comedor y el amplio salón. El interior de la casa, cuyo diseño es obra del estudio OKHA, se viste de piezas sofisticadas y contemporáneas con algún toque ecléctico, como “un claro reflejo del heterogéneo mundo en el que vivimos y trabajamos”, tal y como reconoce Truen, arquitecto y propietario de la casa. En esa mezcla de estilos y funciones, en esa fusión entre interior y exterior radica la esencia de esta vivienda con espectáculo incorporado, el que regala sus imponentes panorámicas.