Una escalera escultórica es la protagonista de esta casa donde el minimalismo puro reina con elegancia

Con piscina incluida

Ubicada en Sag Harbour, rodeada de árboles y de un terreno de casi dos hectáreas de vegetación, esta pintoresca segunda residencia se compone de tres volúmenes que engloban saloón, cocina, sala de estar, estudio, dormitorio principal, cuarto infantil y de juegos, y tres habitaciones para invitados más la piscina y la terraza exterior.

"Estábamos trabajando en un apartamento para la misma pareja en el Upper West Side de Nueva York, pero el confinamiento nos hizo acelerar el disen~o de esta segunda residencia en la playa porque los duen~os necesitaban escapar de la ciudad", aclara la interiorista, que vive ella misma muy cerca de aquí. 

Todo lo que por fuera es tradicional y cozy (siguiendo los centenarios códigos arquitectónicos de la zona) se vuelve contemporáneo en el interior. "Un sueño minimalista de colores neutros, aunque cálidos", sen~alan desde el estudio, con sede en Brooklyn.

Comodidad y todo al blanco

"Los duen~os nos dieron carta blanca y pudimos ser mucho más minimalistas de lo que acostumbramos –asegura Simonpietri–. Es algo que quería probar desde hacía tiempo, pero necesitaba que algún cliente me lo pidiera expresamente", dice la puertorriquen~a. El color, sin duda, ya lo pone la naturaleza que se asoma tras las ventanas.

En la sala de estar, butacas Heath, de Yabu Pushelberg para Linteloo; mesa Puddle, de Massproductions, en Fair Design, y auxiliar de travertino Borel, de Lemieux et Cie, en Anthropologie, y cuadro de Catherine Danou, en la Galerie Amélie du Chalard.

Comedor y cocina en armonía

La madera de roble de los suelos rompe el blanco y se extiende por ban~os, cocina y dormitorios.

El comedor comparte espacio y tonos con la cocina, hecha a medida y con una isla de mármol. Taburetes, de Thomas Hayes Studio, y aplique, de Rose Uniacke. Mesa de comedor, de Fair by Fern; sillas antiguas, en Dmitriy & Co, y lámparas, de Doug Johnston.

Luminoso y sereno

De nuevo en la suite, el cabecero y la cama están tapizados con lana bouclé. Las escasas piezas de mobiliario están, sin embargo, muy bien pensadas: una alfombra de Sebastian Herkner (en , una pareja de míticas lamparitas de papel de arroz de Ingo Maurer, mesitas de Ferm Living (en el dormitorio) y sillas y apliques de Atelier de Troupe (en el baño) rompen el silencio cromático de la casa."Usé pocas piezas, pero todas son muy especiales", asegura Susana Simonpietri.

Telas del cabecero y la cama Brunswick Snow de Holland & Sherry; mesillas de noche y banco, en StudioTwentySeven; lámparas Lampampe, de Ingo Maurer; chandelier, en Incollect, y lienzo Ballycastle de la serie Moss, de Mary Little.