Cuando un edificio histórico olvidado vuelve a la vida con un nuevo uso, es casi algo mágico. Tal es el caso del búnker reformado por el estudio Corstorphine & Wright en el condado de Dorset, Inglaterra. La construcción, que data de la Segunda Guerra Mundial, se ubica en una granja lechera en funcionamiento. Los propietarios descubrieron varios de estos búnkeres subterráneos abandonados en su terreno y decidieron convertir uno de ellos en una casa de alquiler vacacional.
Respetar el patrimonio y la estética original
La estructura de hormigón, de gran importancia histórica, fue incluido en la lista de protección patrimonial Grado II de Reino Unido durante el proceso de planificación. Por lo que, los arquitectos trabajaron en estrecha colaboración con los Oficiales de Conservación y los Consultores de Patrimonio para lograr desarrollar una propuesta que pudiera a las necesidades del cliente respetando la relevancia histórica.
"A pesar de los desafíos físicos, lo más importante para nosotros como diseñadores fue contar la historia del búnker" explica Jonny Plant, director de Corstorphine & Wright. "Si hubiéramos enyesado y pintado las paredes, instalado accesorios estándar y suelos de madera, se habría perdido todo el sentido del edificio original. Es imperativo que cuando te quedes en el búnker, seas consciente de que te estás quedando en un búnker, no en cualquier otra casa de vacaciones, y que estás experimentando la historia", añade.