Desde su transformación, Villa Fabriana presume de que su mezcla de estilos opuestos funciona. Esta propiedad inicialmente neoprovenzal ha sido renovada por los arquitectos franceses Caprini & Pellerin, con base en Cannes, tomando la tradición vernacular y añadiéndole un volumen de hormigón, una extensión de la sección central de la casa de tres pisos de estilo brutalista que aporta contemporaneidad. "Esta prolongación se combina perfectamente con la arquitectura original, creando capas que aumentan las perspectivas y permiten el diálogo con el exterior. Las fronteras entre dentro y fuera se borran por las numerosas aberturas con ventanas totalmente retráctiles y terrazas con vegetación", señalan los directores del estudio. Su proyecto contempló aumentar la superficie de la casa (hoy de 260 metros cuadrados y erigida sobre un terreno de unos 1.250 metros), llevar luz a las áreas de estar y enmarcar las magníficas vistas a la bahía de Cannes. Para ello mantuvieron el armazón primigenio de la construcción, con su torre circular, que revistieron de piedra para agregarle carácter y crear una transición entre lo antiguo y lo nuevo. "La dualidad de diseño también está presente en los interiores, donde queríamos un ambiente suave y relajante, trabajando con materiales naturales y técnicas artesanales que contrastamos con colores fuertes y materiales puros para lograr una narrativa equilibrada".