Color, nuevos materiales y una mayor conexión con la parte exterior. Con esas tres armas, sin modificar la distribución ni la arquitectura originales, Cierto Estudio logró dar una segunda vida a esta casa en la Floresta (Barcelona) perfecta para sus nuevos dueños.
Actuando en determinados puntos, casi a modo de acupuntura arquitectónica, se logró mantener la esencia de la vivienda, diseñada en 1988 por el arquitecto y diseñador Antoni Roselló Til, en la que priman las geometrías primarias y los acabados de despiece.
Entre los diferentes espacios llama especialmente la atención uno de los baños, donde se ha conservado el gresite original de suelo y paredes, aunque teñido de un potente color rosa, el mismo que ahora reina en las escaleras de la casa o en la cocina.