El realismo mágico de Jean-Jaques Balzac: una mirada que desafía nuestra concepción de la realidad

Enigmático, celoso de su anonimato y parco en palabras, como un Banksy de lo digital –prefiere no revelar su identidad real y parapetarse tras su seudónimo, y suministra la información con cuentagotas–, Jean-Jacques Balzac (París, 1984) es un recién llegado al mundo de la Inteligencia Artificial (IA) –reconoce utilizarla solamente desde mayo de 2023, tras haber hecho algunas pruebas el año anterior con otras herramientas menos "inteligentes", como él mismo dice–, pero a fe que la ha abrazado con el entusiasmo de un nuevo adepto.

 

The end of the summer, de Jean-Jaques Balzac.

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Y con éxito de audiencia por cierto: sus estampas ilusorias, en las que enormes estructuras de hormigón irrumpen en playas y piscinas, paredes encaladas se alzan en paisajes desolados o escaleras a ninguna parte aparecen varadas en la costa acumulan ya más de 70.000 seguidores en Instagram.

La escalera a la nada Where to Now, de Jean-Jacques Balzac.

Realidad alterada

Arquitecto de formación por la Escuela de Bellas Artes de París, a lo largo de su trayectoria ha utilizado su profesión "como base para descubrir otras disciplinas creativas, como la fotografía, el diseño y el arte".

Para él, la razón de generar estas imágenes es por puro placer, "para divertirme durante las pausas para el café. También para contrarrestar la realidad de la vida cotidiana. No hay que olvidar la belleza".

Brick Pyramide with Small Passage, de Jean-Jacques Balzac.

En su proceso "juego al pimpón conmigo mismo, la realidad contra lo imaginario; es la forma de carga o descarga creativa". Sus estampas, totalmente ficticias, pero fascinantemente convincentes, nos ponen ante el espejo de las posibilidades de la IA para subvertir la idea de lo que consideramos auténtico.

El autor francés, que mantiene en la medida de lo posible su anonimato.

"Busco contrarrestar la realidad de la vida cotidiana, no hay que olvidar la belleza." Jean-Jaques Balzac.