Los admiradores de la arquitectura japonesa están de enhorabuena, el centro George Pompidou ha arrancado su programa de octubre con una extensa exposición dedicada al trabajo de uno de los arquitectos más importantes del país nipón, Tadao Ando.
Ando nació en 1941 en Osaka, su formación fue autodidacta, aprendió la profesión de arquitecto en sus viajes a Europa, África y Estados Unidos; leyendo y observando las técnicas constructivas tradicionales de su país. Desde que estableciera su estudio en 1969, ha realizado más de 300 proyectos de distinta en todo el mundo. Su arquitectura poética y emocional, con un marcado carácter escultórico, ha sido reconocida internacionalmente y galardonada con el premio Pritzker en 1995.
La exposición que se presenta estos días el Pompidou se engloba bajo el lema “El desafío” y recorre los más de 50 años de carrera del arquitecto. Analiza su trayectoria, desde su primer proyecto, la Casa Azuma en Sumiyohi, de 1976, pasando por su icónica Iglesia de la luz, hasta la transformación de la isla de Noshima que comenzó en 1988 y la futura Bolsa de comercio de París, prevista para 2019.
Con el objetivo de sumergir al visitante en el universo arquitectónico del autor y guiarle a través de su proceso creativo, la muestra explica en detalle más de 50 proyectos del estudio. Además, recoge 180 dibujos, cuadernos, fotografías tomadas por el propio Ando durante sus innumerables viajes y 70 maquetas originales.
El recorrido se detiene especialmente en el proyecto en la isla de Naoshima, como ejemplo de la relación de simbiosis que establece la arquitectura y la naturaleza en la obra de Ando. El proyecto se fusiona con el entorno, esculpiendo una nueva topografía integrada en lo existente. El arquitecto está trabajando en dos museos más para la isla, que ya se ha convertido en un lugar esencial de peregrinación arquitectónica.
En lugar de seguir un orden temporal, la retrospectiva se organiza en cinco secciones que agrupan obras con temáticas y obsesiones recurrentes en la carrera del arquitecto. Los valores comunes que ordenan la muestra son: la forma primitiva del espacio, el desafío de lo urbano, la génesis del proyecto y el diálogo con la historia.
Hasta el 31 de diciembre la exposición podrá verse en la sede parisina del museo. Además, el centro, prepara actividades asociadas como visitas guiadas o talleres infantiles, que ofrecen a los niños explorar las nociones de espacio, movilidad y equilibrio, a través de la obra de Ando.