Convocado cada dos años y organizado por la Swiss Architectural Foundation con la colaboración de la Università della Svizzera italiana - Accademia di Architettura y el soporte de la Fondazione teatro dell'architettura y la Foundation for the Lugano Faculties of Università della Svizzera italiana, el Swiss Architectural Award es uno de los premios de arquitectura internacionales más prestigiosos, no solo por la notoriedad de las entidades que lo apoyan sino también del panel de expertos que evalúan a los candidatos. A ello hay que añadir una dotación económica sustancial, de 100.000 francos suizos (algo más de 86.000 euros).
El jurado de la sexta edición, por ejemplo, ha estado presidido por Mario Botta e integrado por Riccardo Blumer, director de la Accademia di architettura - USI, Francis Kéré, profesor en esta misma institución, An Fonteyne, profesora del departamento de Arquitectura de la Universidad Politécnica Federal de Zurich, y Paolo Tombesi, director del Institut d'Architecture of the Ecole Polytechnique Fédérale de Lausana.
Ellos han elegido únanimemente a Elisa Valero entre los 32 candidatos finales procedentes de 19 países, la participación más numerosa desde la institución del galardón. Les han convencido específicamente tres trabajos recientes de la arquitecta española en Granada y provincia: la ampliación de la escuela de Cerillo de Maracena (2013-2014), los apartamentos experimentales en Realejo (junto a Fernando Alda, 2015-2016) y la iglesia en Playa Granada (2015-2016). Según el jurado, la arquitectura de Valero "está guiada por un fuerte compromiso personal y una búsqueda innovadora de soluciones constructivas, que le permiten crear edificios de alta calidad con recursos limitados".
Formada en la ETSA de Valladolid, donde se graduó en 1996, Elisa Valero se doctoró en la ETSA de Granada en 2000, donde actualmente enseña diseño arquitectónico, y obtuvo una beca de la Real Academia Española en Roma en 2003. Hablando de su obra, Valero afirma que "en un momento de ruido denso, he elegido una arquitectura que actúa en silencio, de forma serena y sin llamar la atención por sí misma. Me interesa la economía de los recursos expresivos, no el estilo. Me atrae más la consistencia que el genio, la coherencia que la composición artística. Entiendo la originalidad como el redescubrimiento del verdadero sentido de las cosas".