El sistema constructivo con paneles contralaminados de madera (CLT, de las siglas inglesas Cross Laminated Timber) se ha hecho un hueco en los últimos años en el sector de la edificación como una alternativa para crear una arquitectura más sostenible y eficiente, al utilizar un recurso renovable (madera de explotaciones controladas) con el que es más fácil conseguir los estándares de construcciones biopasivas.
Consiste en tablones de madera encolada en varias capas, donde capa capa se superpone a la anterior perpendicularmente. De este modo se obtiene un elemento constructivo de gran resistencia a la tracción y la compresión, manteniendo a la vez su ligereza. De hecho, hay rascacielos construidos con algunas partes en CLT.
Los paneles pueden funcionar como paredes, pisos, muebles, revestimientos y techos, y su grosor y longitud pueden adaptarse a las demandas de cada proyecto. En proyectos realizados con CLT, la construcción en el sitio suele durar pocos días gracias a que los paneles se producen previamente en fábrica y se ensamblan en seco, sin apenas generar residuos. Por eso este sistema se está convirtiendo en un material estrella para la arquitectura prefabricada, que tiene en la rapidez de ejecución y el exhaustivo control de calidad de los elementos constructivos su gran baza.