Minimalismo y brutalismo: 8 FOTOS que demuestran que es la pareja perfecta de la decoración de interiores

La solidez y el carácter del brutalismo sumadas a la serenidad del minimalismo conforman una poderosa combinación de estilos que generan espacios únicos y sorprendentes. Es probablemente una de las parejas de estilos más intrigantes y que con más fuerza está irrumpiendo como tendencia en los últimos tiempos.

Mientras el brutalismo es un estilo conocido por la honestidad en los materiales (hormigón sin pulir, madera sin tratar o acero expuesto) y las formas geométricas, el minimalismo se caracteriza por la eliminación de lo superfluo, los espacios abiertos y los colores neutros. Ambos estilos, se complementan a la perfección, tanto en su concepto de funcionalidad como en su estética basada en la simplicidad. Por si no te lo crees, aquí te dejamos varios ejemplos de proyectos vistos en Arquitectura y Diseño.

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Brutalismo en estado puro

Paredes de hormigón sin pulir, una mesa de madera, sillas sencillas y lámparas colgantes de carácter industrial crean un conjunto acogedor que se acentúa con la iluminación natural cenital de esta casa brutalista en Mallorca. La atención se centra en los materiales y las formas, creando una atmósfera serena y de líneas limpias. El resultado, un comedor que invita a la contemplación y que contiene un ambiente visualmente impactante, robusto y refinado a la vez.

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Minimalismo con mucha geometría

La pureza y la simplicidad son las características principales de esta casa minimalista en México que deja todo el protagonismo al paisaje. En ella, encontramos rasgos del brutalismo en su arquitectura imponentemente geométrica y de carácter abstracto. Los miradores de la casa son, sin duda, uno de sus atractivos más impresionantes.

Hormigón y materiales naturales

También en México encontramos este proyecto de alma brutalista en el que se ha apostado por una conexión directa con la naturaleza, expresada en los materiales naturales que forman parte de su decoración. Bautizada como Copas, la construcción rinde homenaje a su integración con las copas de los árboles especialmente en la zona de los dormitorios, donde se recrea la sensación de estar viviendo entre las ramas.

Un restaurante que abraza los dos estilos

No solo en las viviendas encontramos esta combinación mágica. Este restaurante ubicado en la segunda planta del Museo Marítimo del Cantábrico, que mira a la bahía de Santander, abraza absolutamente la esencia brutalista de la construcción, gracias a la renovación llevada a cabo por Estudio Zooco. El espacio se encuentra en un complejo de edificios junto con el Centro Oceanográfico, de los arquitectos Vicente Roig Forner y Ángel Hernández Morales, que se construyó entre los años 1975 y 1978. Nos dedicamos a rescatar las características originales de las bóvedas, conservando su apariencia inicial y simplemente añadiendo una fachada de vidrio, y cuatro triángulos de lamas de madera, para albergar las instalaciones y la iluminación", explica Miguel Crespo, de Zooco. La crudeza del cemento se lleva todo el protagonismo y se apacigua con la calidez de la madera en los revestimientos y el mobiliario de líneas sencillas y minimalistas.

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Espacios abiertos y hormigón visto

Los espacios abiertos y la decoración esencial, hacen de este interiorismo un minimalismo actualizado. El hormigón visto, nos redirige directamente al brutalismo. El resultado es un interior lleno de personalidad y muy impactante. Esta vivienda de 97 metros cuadrados ubicada en la ciudad de Praga. es un ejemplo maestro de cómo crear un espacio limpio, y al mismo tiempo de carácter crudo.

Un hotel brutalista para vivir con lo mínimo

Las habitaciones de este espectacular hotel en México son otro ejemplo perfecto del uso del brutalismo y el minimalismo. La cama de estructura sencilla se convierte en el punto más funcional. Las paredes de hormigón se complementan con textiles naturales en colores neutros. La ausencia de adornos innecesarios refuerza la sensación de calma, permitiendo que el espacio sea un verdadero refugio para el descanso.

Salón y estudio brutalista

The Riverside Tower, un edificio de los años 70 en Amberes, fue diseñado por Paul De Meyer y Leon Stynen, este último uno de los mejores arquitectos belgas del siglo XX. El Studio Okami, renovó un dúplex del mismo recuperando de forma rotunda el carácter brutalista de la arquitectura. Además de dejar al descubierto el hormigón texturizado, se quiso abrir totalmente el espacio, derribando todas las paredes y creando un espacio tipo loft. Las pocas paredes de ladrillo se cementaron y se eligió una decoración mínima con muebles de líneas muy sencillas.

Diáfano y en bruto

Paredes blancas, una isla de cocina que casi pasa desapercibida, espacios diáfanos y hormigón a la vista. A estas alturas, ya nos ha quedado claro que ambos estilos complementan a la perfección su carácter austero a la par que acogedor, como ocurre en esta vivienda en Vizcaya.