El baño suele ser uno de los espacios más reducidos en casa. A pesar de su tamaño, es escenario de numerosas actividades diarias, como asearnos y arreglarnos. Por eso, es crucial aprovechar al máximo cada centímetro, independientemente de su tamaño, y elegir con sabiduría los muebles adecuados.
Por ejemplo, el espejo. Cuando pensamos en ampliar visualmente el baño mediante este elemento, es común que la primera imagen que se nos venga a la cabeza sea un modelo de grandes dimensiones. El razonamiento podría ser este: cuanto más grande sea el espejo, más multiplicará el espacio visible.