Existen dos elementos en la decoración que funcionan por separado, pero que nos encanta juntar porque se vuelven indivisibles y más fuertes en el espacio. Estos son la madera y el blanco, un binomio que proporciona elegancia, calidez, luminosidad y mucha armonía allá dónde lo dispongas.
Dos esenciales con valor
El blanco es la tonalidad estrella en el diseño de interiores y ello se debe a que no caduca por mucho que pase el tiempo y, además, refleja la luz, un aspecto que se traduce en mucha luminosidad y una mayor sensación de amplitud.
La madera también destaca como material natural que agrega textura y calidez en la cualquier estancia. Es fácil de combinar, muy resistente y de estética atemporal, así que es un básico que se mantiene en el presente en los hogares españoles y en muchas partes del mundo. Es más, se prevé que sea hasta el material del futuro en la arquitectura, así que es un "sí" para una decoración que busca perdurar en el tiempo.
Una combinación muy clásica para el salón
Si estos dos elementos los juntamos, obtenemos una combinación que ya es todo un clásico atemporal en decoración, una elección en muchas casas que transmite un suave contraste que no falla. Puede que, una vez visto todo lo que puede aportar este binomio tradicional, lo quieras introducir en tu casa, así que, si es tu caso, te recomendamos empezar por el salón, ya que, al ser un espacio en el que se desarrolla la vida social, exige verse y sentirse espacioso.
Con esta mezcla de blanco y madera, podrás crear un ambiente equilibrado y acogedor en el que sea agradable pasar el rato junto a un grupo de invitados o hasta contigo mismo. Te traemos así 7 ideas para que sepas cómo puedes crear en tu salón la mezcla perfecta de blanco-madera tan clásica. ¡Pueden servirte de inspiración!
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