Los humanos tenemos un vínculo con la madera que no se da con ningún otro producto de la naturaleza. El arquitecto y diseñador de mobiliario George Nakashima decía que “entre el hombre y el árbol hay un imperceptible vínculo vital que une sus destinos”; una a rmación que obviamente es extensible al producto que se extrae de él. La madera es el único material vivo que se emplea en la arquitectura y el interiorismo, y eso se nota en la extraordinaria riqueza de matices de sus diversas especies y en el modo en que evoluciona con el paso del tiempo. Posee un diseño sensual perfeccionado por millones de años de evolución natural y unas cualidades decorativas y funcionales que ningún otro producto es capaz de superar. Y en los meses de invierno pocos encarnan como ella un espacio cálido en el que apetece refugiarse.
La madera nunca ha pasado de moda, pero en la actualidad vive una época de particular esplendor gracias a la gran diversidad de aplicaciones que se han desarrollado en los últimos años y a la dimensión ecológica que ha adquirido. En el campo arquitectónico, la irrupción de los paneles contralami- nados CLT, de extraordinaria resistencia, ha permitido que la construcción de edi cios de varias plantas exclusivamente en madera haya dejado de ser una utopía. La concienciación medioambiental y la preocu- pación por el bienestar también ha impulsado el uso de madera de procedencia certi cada con sellos FSC y PEFC y con tratamientos naturales cada vez más inocuos. Por no olvidar su papel regulador de la humedad ambiental, que contribuye a crear espacios saludables de un modo natural. La innovación, la sostenibilidad y la constante reinvención de su utilización auguran un futuro brillante a la gran dama del interiorismo.