El dormitorio es el templo del descanso. Es donde acudimos a relajarnos, a recuperarnos. Esperamos mucho de él pero, a cambio, también tenemos que ser generosos con esta estancia de la casa. Necesita tiempo y dedicación, y no solo para planificarlo y decorarlo, sino también para limpiarlo y ordenarlo.
Por su naturaleza, el dormitorio es el lugar más propenso a la suciedad y al desorden. Es uno de los sitios más íntimos de la casa; las visitas raramente entran en él. Lo que nos sucede es que nos relajamos tanto que acabamos descuidándolo. Y, aunque hay trucos que aseguran que se puede limpiar la casa entera en una hora, nosotros te aconsejamos dedicarle un poco más de tiempo.
Hay ciertas prácticas (ventilar, hacer la cama) que podemos llevar a cabo cada día y que supondrán un cambio de 180º. También hay otras rutinas que no son tan evidentes pero que ayudarán a que tu dormitorio esté resplandeciente. ¿Listo para soñar?