Senderos entre colinas verdes, una iglesia gótica dominante sobre el casco antiguo de piedra, huertos y establos componían el paisaje campesino, que en parte aún perdura, de esta parte de la comarca del Bajo Ampurdán, en la provincia de Gerona, que en su día recorrió y describió maravillosamente el gran escritor Josep Pla, nacido en Palafrugell.
La casa que Sandra Tarruella –cofundadora del estudio Tarruella Trenchs junto a Ricard Trenchs– ha reformado en el municipio de Rupià para su uso como segunda residencia conserva ciertas huellas de la construcción original, una vivienda simple que había sido un establo. Ahora, gracias a soluciones como el rebajado de los muros y la apertura de una doble altura en el espacio destinado al salón, la holgada habitabilidad de sus interiores se muestra nueva y refrescante, adaptada a las necesidades y códigos formales de una vivienda actual.
Las superficies (paredes, techos) han sido encaladas (blancos y en color arena) o revestidas con caña de Pont de Querós, empresa especializada en fibras vegetales y en técnicas artesanales. Esa techumbre de cañas entrelazadas en diagonal crea una atmósfera campestre en la zona de doble altura, un aire rústico que (en el dormitorio situado en el nivel superior) acentúan el parquet de roble con sus nudos naturales y el tablero recuperado que sirve de cabecero.
Atmósfera con reminiscencias rurales que se extiende por toda la casa, a través de la profusión de tejidos naturales, entre otros recursos. En el comedor (contiguo a la cocina), con una mesa de roble claro y sillas y pantallas de mimbre, encontramos un mueble alargado, que va de pared a pared, en el lugar exacto donde se encontraba originalmente el abrevadero para los animales.
El tratamiento del techo, con vigas y ladrillos encalados en color arena, al igual que las paredes, completa la serie de rasgos rústicos y las grandes aberturas con vistas al jardín.