Como en otros proyectos residenciales del arquitecto valenciano Ramón Esteve, la relación que establece con el entorno natural es clave para el diseño de esta casa. A tan solo media hora de Barcelona, la vivienda se comunica con el paisaje mediteráneo y le pide permiso para "fundirse" en el terreno, de ahí la cita de Frank Lloyd Wright que encabeza la memoria de Esteve: "Ninguna casa debería estar nunca sobre una colina ni sobre nada. Debería ser de la colina. Perteneciente a ella. Colina y casa deberían vivir juntas, cada una feliz con la otra". En ese sentido, Ramón Esteve explica que la casa La Roca "nace del respeto máximo al entorno donde se ubica. La riqueza de la orografía es fundamental para la generación e implantación de la vivienda". De ahí que los volúmenes de la casa se generen teniendo en cuenta la ubicación de los singulares árboles existentes, que se han mantenido y envuelven la casa.
Otro de los elementos clave es la roca que da nombre a la casa y emerge del terreno favoreciendo que desde este punto se obtengan las mejores vistas del horizonte marino. La conexión de la construcción con el lugar es un gran basamento de piedra autóctona que se funde con la montaña formando un solo elemento. Este zócalo se corona con unas plataformas de hormigón marrón que protegen y prolongan el espacio interior hacia el exterior y permiten captar las vistas. Y para reforzar el concepto de integración paisajística, todos los colores de los materiales se mimetizan con las tonalidades del entorno. Esta casa "es de la colina".