La primera casa que se construyó en 1846 en el barrio de Seaforth, al norte de Sidney, costaba 2.500 euros. Hoy, el promedio de una vivienda en esta zona es de un millón y medio de euros. Esta revaloración obedece a muchas cosas, pero en especial a su privilegiada situación, frente al mar. Es uno de los atractivos de los que puede presumir esta residencia recientemente reformada por la arquitecta Georgina Wilson

Este santuario costero bañado por la luz natural está construido alrededor de una gran piscina. El bugalow original, que fue construido a mitad del siglo XX, constaba de una sola planta. La intervención de Wilson alteró significativamente la estructura existente para crear un oasis de planta abierta. También añadió un piso adicional donde ahora está ubicado el dormitorio principal, con una ventana infinita que ofrece vistas al puerto.