Entre los paisajes de Van Gogh en Arlés y los de Aix en Provence de Cézanne, justo ahí, en el corazón de la Costa Azul, está el Parque Natural Regional de los Alpilles. Se creó en 2007, con la intención de preservar un paisaje esculpido por la naturaleza y modelado por el hombre. Y encaramado en lo alto de una colina, a tiro de piedra del centro del pueblo de Paradou, la casa Le Mas Estello se alza al sol como un tesoro en el corazón de la Provenza.
Este lugar único es la nueva joya del dúo de arquitectos Liliana y Alain Meylan, fundadores de Domaines de Chabran, un conjunto de villas restauradas que, como Le Mas Estello, se pueden alquilar, para deleite de los viajeros que se lo puedan permitir. Todas han sido rehabilitadas y decoradas con gran esmero, recurriendo a los mejores artesanos y diseñadores de muebles y telas, y ofrecen servicios equivalentes a los de los grandes hoteles de lujo.
La nueva incorporación a la familia, rodeada de grandes terrazas que rodean la casa, una piscina al pie de la colina, y un jardín repleto de lavanda, romero, olivos centenarios y árboles frutales, es la quintaesencia del joie de vivre francés. La ensoñación que produce este lugar es tal que, creánme, uno se plantea pedir el pasaporte francés.
La arquitectura de Le Mas Estello, diseñada por Liliana y Alain, mezcla con elegancia materiales tradicionales con estructuras modernas, como los grandes arcos acristalados del salón (revestidos con cortinas de Zimmer + Rohde o Elitis) que se abren a una terraza con brasero, ofreciendo una de las vistas más bellas de los Alpilles. Los antiguos suelos de madera y las baldosas del suelo se conservan ajenas al paso del tiempo y los revocos de cal, arcilla y arena se mezclan con la terracota, el verde salvia y los colores neutros que visten toda la casa, que tiene 4 enormes habitaciones (cuando decimos enormes, es que no miden menos de 26 metros), todas con baños privados de piedra tallada y artículos de aseo ecológicos. Decoradas en tonos cálidos y vestidas con bellos materiales envejecidos y patinados, todas ofrecen vistas espectaculares y se abren a la terraza de la piscina.
Además de la luz del atardecer, la iluminación está muy cuidada, prestando especial atención en destacar las numerosas y eclécticas obras de arte, como las fotografías del holandés Jan Gulfoss o las litografías de Jules Milhau. A Liliana le gusta mezclar y combinar piezas antiguas de artesanos de L'Isle-sur-la-Sorgue (un pueblo cercano a Aviñón), que se codean sin complejos con las creaciones de los principales diseñadores de muebles contemporáneos. ¿Ejemplos? Unos cuantos: las mesas de centro de hormigón de Éditions Midi, los apliques de pared de Audoux Minet, los sillones de ratán de Bonacina, un banco Flexform, espejos Baxter e iluminación de Caravane. Hay sitio para todos, incluidos los productos artesanos locales, como los plaids de cachemira y lana virgen de La Manufacture Brun de Vian-Tiran, y los jarrones, marcos y estatuas de jardín de la Galerie 50 de L'Isle-sur-la-Sorgue.
¿Cómo es un dia en Le Mas Estello? Lo primero, desayunar, bien a la sombra de una pérgola o en la impresionante mesa de piedra de la gran cocina. Si son más de barra, y de acompañar la comida con un buen vino, sepan que una de las estrellas de la casa es la bodega, en la que encontrarán vinos y licores de la región conservados cuidadosamente. Un paseo, un baño en la piscina, o un poco de lectura y, según avanza el día, disfrutar de esa cocina abierta al exterior con un café o un cóctel al atardecer. Y si les da por aburrirse, no hay problemas, porque tienen a su disposición todos los servicios que le daría cualquier hotelazo en la Provenza: una pista de voleibol, una sala de fitness y una zona de petanca, sauna, alquiler de barcos por días, excursión y senderismo, incluso clases de enología y de cocina francesa. Si el presupuesto no les llega (los precios son a partir de 16.000 euros por semana y 5.000 euros los fines de semana para 8 personas) siempre pueden, al menos, animarse a hacer alguna receta de Julia Child mientras siguen soñando con alojarse en un lugar como este y se evitan la depresión pre y post vacacional.