En el pintoresco pueblo de Navaridas, en el corazón de la Rioja Alavesa y encaramado en una colina desde la que se divisan huertos y campos de viñedos, se encuentra este pequeño alojamiento rural denominado Casa Lurgorri que significa 'tierra roja' en euskera. Es el fruto de un proyecto realizado por Hiriko Estudio que ha transformado una propiedad particular en alojamiento rural.
La vivienda original se componía por una edificación situada en el centro de la finca con una distribución muy dividida y por dos pequeñas edificaciones auxiliares, situadas a lo largo del lindero norte. "Todas ellas de escasa calidad constructiva, con una envolvente térmica y unas instalaciones poco eficientes y sin cualidades arquitectónicas relevantes", indican desde Hiriko Studio. Otros de los problemas a resolver han consistido en comunicar mejor la casa con el exterior porque antes solo tenía una puerta de acceso y resolver las vistas al paisaje.
El proyecto de rehabilitación, llevado a cabo por Construcciones Majuelo Garay, ha consistido en la ampliación y redistribución interior, para adecuarla a los nuevos usos y "generar una planta más abierta, con espacios de mayor calidad", añaden.
Para ello, se han unificado las edificaciones preexistentes mediante un volumen que acoge el comedor y articula la circulación interior, generando un espacio principal de estar y cocina diáfano. Además, se han creado cuatro dormitorios, todos equipados con baño en suite.
Los acabados son sencillos y sintonizan con los materiales locales, madera, barro, ladrillo y cal y atienden a estándares de sostenibilidad. El exterior "se considera la piedra angular del proyecto. Así, se potencia la relación entre el interior y el exterior, sustituyendo las ventanas preexistentes por puertas y generando un itinerario perimetral, al nivel del interior de la vivienda, pavimentado con adoquines de ladrillo que evocan los tonos rojizos de la tierra de los viñedos de Rioja Alavesa, que dan nombre al alojamiento", comentan.
La sostenibilidad medioambiental intenta conseguir el máximo confort utilizando materiales producidos de forma responsable y mediante el empleo de fuentes de energía renovables. Las fachadas son de un acabado de corcho proyectado de Soenervi que mejora el aislamiento térmico. Las carpinterías exteriores de madera de alerce, de Barrio Hermanos, se completan con persianas enrollables, también de madera, de Persianas Barcelona, lo cual permite una protección térmica óptima frente al frío y el calor. En este sentido, la casa cuenta con un sistema de generación de calefacción y agua caliente mediante geotermia, de Ingeka. "Para ello, se ha realizado un sondeo a más de 100 m de profundidad, en el jardín de la vivienda, que en invierno capta el calor interno de la tierra, emitiéndolo a través del suelo radiante de la vivienda", indican. A ello se suman las placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta para el autoabastecimiento de electricidad.
En cuanto a la vegetación, a base de frutales y especies ornamentales de bajo consumo de agua, como vivaces, lavandas o plantas aromáticas, se ha escogido en colaboración con el estudio de paisajismo Local 4 y la instalación es de Kasaku Jardinería.