Íntima, sugerente y muy luminosa. Así es esta vivienda, que antes fue panadería en el hiperdenso barrio de Es Fortí, en Palma, y que los arquitectos Santiago Martín-Borregón Navarro y Juan Verdeguer, de Auba Studio, han reformado integralmente (estructuras incluidas) debido al abandono que había sufrido el local durante cerca de dos décadas. Los propios arquitectos explican de manera precisa que "el proyecto trata básicamente de buscar el equilibrio entre iluminación natural, intimidad y paisaje". ¿Cómo se ha conseguido? Recuperando un patio trasero, suavizando el fuerte contraste entre la vivienda y la calle y, finalmente, introduciendo la naturaleza en el interior. Vayamos paso por paso…
Un gran mueble de madera de abeto define el interior
De la vivienda, que cuenta con 106 metros en el interior y otros 51 de patio, llama mucho la atención por lo luminosa que es, pero también, y sobre todo, un gran mueble de madera de abeto que divide el espacio en dos alrededor del que se organiza la distribución. "El mueble se ha colocado perpendicularmente al patio de tal forma que permite el flujo de luz entre patio y fachada, a la vez que divide la vivienda en dos zonas: las de día y las de noche", apuntan los arquitectos.
Para intentar suavizar lo abrupto que resultaría un acceso directo desde la calle, se ha diseñado un espacio intermedio (foto superior) que también protege el interior de miradas indiscretas mediante un sistema de lamas inclinadas de acero "fuertemente inspirado por algunas de las soluciones que el estudio Cru hace en Barcelona".
Una cocina con una gran isla de acero inoxidable
Ahora sí, y ya en la amplísima zona de día que se abre a continuación, está el salón, el comedor y la cocina; todos juntos pero no revueltos. La cocina cuenta con una espectacular isla de acero inoxidable que se apoya del mueble principal en el que se ocultan los electrodomésticos y espacio de almacenaje.
A la izquierda del mueble está la zona de noche, que cuenta con dos amplias habitaciones: una principal y una habitación auxiliar. Entre ambas hay dos baños completos.
Fronteras difusas entre interior y exterior
La introducción de la naturaleza en la casa, a la que hacíamos referencia al principio, se consigue sobre todo incorporando visualmente el patio trasero (que antes era la cocina y de la que se ha tirado la cubierta original) al interior. En el patio, los arquitectos han diseñado "una jardinera lineal con un banco corrido visible desde cualquier lugar del interior. Un parterre de mayor tamaño acoge a un árbol y un espacio técnico". Este paisaje es protagonista debido a que la separación entre interior y exterior es difusa en toda la vivienda. Sin duda, la sensación de amplitud que se tiene gracias a la incorporación del gran patio trasero y del espacio de transición delantero, que está lleno de plantas y es un lugar perfecto para dejar la bici, es uno de los grandes aciertos de este impecable proyecto. "Ahora –dos años después de terminar el proyecto–, el patio tiene realmente la sensación de ser un pequeño oasis. Sin lugar a dudas, lo que más les gusta a los propietarios es el patio y la relación tan directa que tiene con la casa. No hace falta estar fuera para estar en el patio", comenta por email Santiago Martín-Borregón.
Por último, es reseñable que "la casa ha crecido aproximadamente 2 metros hacia el patio. Este nuevo añadido, que viene a ser un porche, se ha ejecutado mediante un elemento ligero y con una cubierta vidriada que, por su ubicación a norte, no recibe de forma directa los rayos del sol".