En una parcela con esquina de la calle Llacuna del cambiante e interesante barrio del Poblenou de Barcelona se encuentra el edificio que acoge esta vivienda, reconocida con el premio FAD de Arquitectura 2022. Ha sido proyectada por los arquitectos Jonathan Arnabat, Jordi Ayala-Bril, Aitor Fuentes, Igor Urdampilleta y Albert Guerra, de Arquitectura-G, del estudio Batte.
Con el encargo de dar vida a un bajo con jardín, que originalmente era un espacio completamente vacío, los interioristas defienden que "se tenía que poder vender o alquilar rápidamente. Para ello teníamos que pensar en un cliente final que no existía pero que se tenía que enamorar locamente del espacio resultante".
Para conseguirlo, el equipo construyó un altillo, baño, cocina, y tres espacios muy diferenciados entre sí, pero con una fluida conexión entre ellos. Asimismo, contagian, tanto la gran entrada de luz de ambas fachadas, que va de lado a lado y llega a todos los rincones, como el vergel que da a la fachada posterior.
¿El resultado? Una intervención sencilla pero de gran calidad. "Quisimos que su estética no desentonase con el precioso edificio donde estaba situado. El local se vendió en seguida; objetivo cumplido", afirman desde el estudio Batte.