Para un arquitecto como Alessandro Venneri, cada proyecto está cargado de emoción, ideas nuevas y creatividad. Pero, en este caso, el reto era aún mayor: se trataba de dar forma a su propio hogar. "Diseñar tu propia casa, siendo arquitecto, puede ser algo divertido, pero también un gran desafío (y un poco estresante)", comenta.
Afortunadamente, cuando decidió asentarse en Barcelona, se propuso dos puntos de partida que le permitieron encauzar su decisión. Buscaba un apartamento que estuviera en un barrio cerca del mar y gozara de mucha luz natural. El desenlace feliz fue Casa M, un proyecto personal, lleno de color, frescura e interesantes guiños vintage.
Espacios adaptados
Al encontrar este luminoso apartamento de 65 m2 en un edificio recién reformado, el arquitecto dio rienda suelta a la búsqueda de soluciones creativas. Surgió una primera preocupación: la forma rectangular de la vivienda que contaba con una pequeña y corta entrada, lo cual implicaba un largo pasillo si se colocaba la zona de estar en el extremo opuesto.
Frente a este desafío, Alessandro y su equipo decidieron abrir el espacio ensanchando el pasillo. En consecuencia, colocaron una estupenda cocina en un lado del corredor y, en el otro, aprovecharon el espacio disponible para instalar varias fuentes de almacenamiento: un zapatero, un armario para abrigos, almacenaje para productos de limpieza y una despensa para la cocina. Gracias a los colores suaves, la madera pulida y el lacado blanco, se consiguió un diseño limpio y aireado.
Cocina abierta y luminosa
La cocina abierta crea un espacio fluido que la conecta con otras áreas del hogar, manteniendo cierta privacidad gracias a las cortinas de terciopelo azul que delimitan algunos interiores. Destaca la pequeña abertura circular con cristal estriado que separa la cocina y el salón. Este detalle permite que la luz natural fluya y se concentre en la encimera. Sin duda, un acierto arquitectónico que se agradece a la hora de cocinar.
El entorno claro y fresco de la cocina permite añadir detalles como estas hermosas orquídeas que resaltan inmediatamente a la vista. En esta zona, los armarios y muebles sin tiradores visibles potencian la idea de fluidez y continuidad visual.
Un salón que guarda secretos
Al iniciar las reformas de Casa M, el equipo descubrió un elemento arquitectónico muy especial. Luego de comprar la vivienda, se percataron de que los techos eran planos y tenían diferentes alturas. El arquitecto confirmó sus sospechas: los techos ocultaban bóvedas catalanas en su interior, un diseño típico de la antigua Barcelona. "Efectivamente, encontramos con alegría techos de hasta 3 metros de altura", nos cuenta Alessandro.
Inicialmente, "el plan era ubicar la sala de estar y el comedor donde estaba el dormitorio principal, en la parte más expuesta de la casa, que también es la más luminosa y cálida", afirma el arquitecto. Por este motivo, los techos abovedados se dejaron expuestos en el salón y en la cocina, pero se cubrieron y se bajó la altura en el recibidor, dormitorio y baños.
Comedor: tan retro como moderno
Hacia el comedor, podemos ver evidentes guiños a la estética retro, con el color y la frescura de los ambientes más contemporáneos. En la pared, luce un dúo de cuadros de la serie INSTANTES (2023) de Elton Rocha.
El equipo decidió separar el salón y el comedor a través de cortinas de terciopelo azul, ya que la sala también funciona como dormitorio de invitados cuando es necesario. Así, se dividen ambas áreas con la privacidad que requieren. Para despejar la zona, basta con abrir las cortinas y gozar de su caída elegante que contrasta con otras texturas como las alfombras y los azulejos.
Una oficina a medida
Ubicada estratégicamente, esa pequeña oficina disfruta de la ventana más grande de la vivienda. "Al trabajar desde casa la mayor parte del tiempo, necesitaba un espacio con mucha luz y bien organizado. Decidí reabrir una ventana que había sido reducida, ampliándola hasta el suelo y añadiendo una barandilla", nos cuenta el arquitecto. "Me da la sensación de estar trabajando en un balcón, disfrutando del buen clima de Barcelona", concluye.
Serenidad ante todo
El diseño de este dormitorio está enfocado en la serenidad, la elegancia y la tranquilidad que requieren los espacios de descanso. Se optó por una estética minimalista, aunque con algunas piezas cálidas como el cabecero redondeado y la mesita de noche de madera. Para conservarlo ordenado e iluminado, se privilegió dar espacio a los elementos más importantes: dos armarios empotrados, una gran ventana y acceso al baño en suite.
Baño en el dormitorio
Siguiendo con la tónica de colores llamativos, pero suaves, el baño en suite está diseñado en tonos verdes y grises. Para hacerlo más funcional, se instaló una mampara de cristal, hornacinas en los costados y un mueble con gran capacidad de almacenamiento. El lavabo doble permite usar el cuarto con absoluta comodidad.
Un baño escondido
Además del baño principal del dormitorio, la vivienda cuenta con un segundo cuarto más pequeño. En ambos, las paredes tienen acabados en microcemento, lo cual imprime fluidez y suavidad.
¿Adivinas dónde se esconde este pequeño cuarto amarillo? Exacto, en la entrada de la casa, justo detrás de la curvatura y la pared de pavés. Un diseño original que nos da la bienvenida y nos despide con reflejos opacos en amarillo y rosa.