Ubicada en el centro de Valencia, a pocos metros de la catedral, esta vivienda se encuentra en un edificio histórico de 1850. El estudio Sahuquillo de Arriba –fundado por Guillermo Sauquillo y Adrián de Arriba– la ha rehabilitado para una pareja joven: él valenciano y ella alemana, que vive en París pero quiere volver "al Mediterráneo en un corto periodo de tiempo", comentan los arquitectos.
Una reforma que recupera y potencia elementos originales
Lo prioritario ha sido conservar la esencia del piso respetando y recuperando sus elementos originales, como el pavimento de baldosa hidráulica –merece mucho la pena detenerse en las fotos para disfrutar de los diferentes patrones–, las puertas y las vigas de madera, que en algunos puntos se dejan vistas. Además, los arquitectos mencionan la luz como "una de las cosas que más les llamó la atención cuando visitaron el piso por primera vez. Es raro encontrarse en la Ciutat Vella de Valencia una vivienda con tanta luz".
Una generosa zona de día completamente abierta
El programa se distribuye "al modo clásico: zona de día / zona de noche". La zona de día, con ventanas a la calle, es un gran ambiente diáfano que comprende cocina, comedor, salón y un estudio que puede independizarse "gracias a una puerta tipo acordeón, fabricada a partir de puertas recuperadas de la vivienda original".
La baldosa hidráulica es la gran protagonista
Es muy interesante cómo la distinta altura de los techos aporta singularidad al espacio y diferencia las estancias en esta zona diáfana. Mencionábamos, además, la importancia del suelo original en la reforma. Mientras en la zona de día se recupera la baldosa hidráulica, en los dormitorios se ha combinado con un solado de madera para aportar calidez.
Esa idea de recuperar elementos originales que domina el proyecto también está presente en el vestidor, donde se han colocado unas puertas correderas recuperadas.
Espacios que transmiten calma y tranquilidad
En las habitaciones se juega con el contraste entre el pavimento de madera y la baldosa hidráulica, "diseñando una especie de alfombras donde asoma el mosaico original, lo que genera una estética coherente en toda la casa". Por otro lado, en la decoración predominan tonos neutros y cálidos, que transmiten calma y tranquilidad. La estética general es sobria y elegante, pero la elección del color no ha sido una mera cuestión de gusto, "sino de lo que la vivienda nos transmitía y lo que el proyecto nos pedía", apuntan los arquitectos.
Aspectos prácticos muy bien solucionados
Cuando se reforma una vivienda de estas características (recordamos se construyó en 1850 en pleno centro de la ciudad) son varios los retos que se deben afrontar. En este caso, "la vivienda original habla por sí sola y varias de las estrategias de diseño vienen condicionadas por la propia recuperación del pavimento", explican los arquitectos, que también mencionan entre otros aspectos delicados de resolver cuestiones de carácter más práctico, "como las bajantes de los aseos, así como la colocación del aire acondicionado y sus conductos, dado que se trata de un edificio protegido".