El estudio del arquitecto Gabriel Montañés, con sede en Mahón, se ha encargado del diseño de esta vivienda para una familia que desde el inicio, tenía muy determinado el programa de distribución interior. Esta consistía en una planificación a tres niveles, cuya planta baja se ha convertido en el epicentro social de la casa. Para ello, se ha planteado como una planta totalmente diáfana, donde se ubican las estancias comunes, como salón, comedor y cocina abierta, orientadas a Levante con aberturas máximas. En contraposición, los servicios orientados a poniente, presentan aberturas mínimas.
Los cerramientos correderos acristalados permiten, una vez abiertos, aunar la zona diurna con la terraza y la piscina situada junto al jardín, a la vez que, con el buen tiempo, se convirtierte en un porche ampliamente ventilado. A su vez, estos, aún cerrados, mantienen una comunicación visual con el exterior, dotando al interior de una gran entrada de luz natural.
El sótano se ha reservado al lavadero, garaje y un patio ingles que aporta iluminación, y se completa con un aljibe de 35 toneladas que recoge las aguas pluviales que caen sobre el edificio. La escalera de acceso se une a la galería de circulación en la primera planta, aportando así continuidad a los dos niveles superiores. En el nivel superior se concentra la zona nocturna con dormitorios asomando al este, y cuartos de baño al oeste. La carpintería de madera en las habitaciones componen ventanas compuestas, ventanas que permiten ventilar sin temer la entrada de mosquitos, permitiendo, a la vez una visión directa del puerto de Mahón. El deseo por ventilar de forma natural la vivienda ha llevado al autor del proyecto a diseñar persianas coplanarias con la fachada para accionarse mediante pistones eléctricos descentrados.