En plena pandemia, el estudio Vallribera Arquitectes, de Sabadell, recibió la llamada de una familia de Cornellà (Barcelona). Se habían acostumbrado a huir de la gran ciudad todos los fines de semana. Con el confinamiento, cuando estas escapadas ya eran posibles para ellos, se dieron cuenta de que necesitaban hacer de su casa un entorno más amable, un lugar donde encontrar cada noche lo que antes buscaban en la naturaleza.

Vallribera, con los arquitectos Aleix Gil Noray y Llorenç Vallribera Farriol a la cabeza, se pusieron manos a la obra y pronto encontraron un solar donde construir este refugio dentro de la misma urbe de Cornellà, "en una calle que mantiene el encanto de un pueblo a pesar de estar muy edificado por bloques de pisos". Retirar la casa del frente de calle fue la primera decisión que tomaron. Este movimiento les permitió garantizar la privacidad respecto a los edificios de enfrente y ganar un patio y un aparcamiento donde poder cargar y descargar la furgoneta.

 

Distribución clásica

La planta baja está destinada a los patios, el salón, el comedor y la cocina y la planta de arriba incluye dos dormitorios con sus terrazas, un estudio y un baño. 

José Hevia

Los clientes querían techos como los de las casas de donde van de vacaciones, por lo que los arquitectos optaron por viguetas de hormigón y bovedillas cerámicas mallorquinas con reminiscencias a las casas antiguas. La arquitectura bioclimática está presente en el proyecto. El jardín, a norte, es el patio de verano, y el invernadero, en el sur, el patio de invierno. En verano, el porche, las persianas alicantinas, los toldos y las lamas de la fachada protegen del sol y garantizan superficies de sombra.

 

Conectados

La terraza del dormitorio conecta con el techo del porche.  

José Hevia

El buen dimensionado de los grosores de aislamiento y la inercia de los forjados mantienen una temperatura agradable, cercana al confort térmico, todo el año. "Estas medidas de eficiencia energética permiten reducir a la mínima expresión las instalaciones de climatización a una estufa de leña y una máquina de aerotermia de dimensiones muy pequeñas", comenta Aleix.  Se consigue un bajo consumo de energía y también se reduce el consumo de agua recogiendo toda la lluvia de las cubiertas en dos depósitos superficiales para regar el huerto. Todo son ventajas. 

 

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