Hay paisajes que parecen que están predispuestos a convertirse en un oasis de tranquilidad. Viejas postales de lugares idílicos en los que apetece perderse y nunca volver; lleno de animales y montes verdes repletos de vida. Así se presenta este The Bunkers, un precioso Bed & Breakfast situado al norte de la costa belga, junto a la frontera holandesa y la reserva natural de Zwin. ¿Entramos?

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Tim van de Velde

Una casa con una gran historia

Los dos edificios de ladrillo fueron utilizados una vez como una casa de guardia y una cárcel, y formaron parte de una fortificación anterior en la frontera belga-holandesa, cerca de la ciudad de Knokke. Ambos edificios se han prolongado con extensiones de madera y se han agregado ventanas con marcos de metal a sus fachadas.

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Una casa cambiante

Su nombre, The Bunkers, habla de historia. Se construyó originalmente en hormigón, un material que ahora es tendencia, pero a principios de la Primera Guerra Mundial –contexto histórico en el que se sitúa– solo se usaba por su precio y funcionalidad. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial se añadieron ladrillos a la construcción. En la actualidad pervive un llamativo patrón de colores rojo y amarillo.

De ladrillos amarillos
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De ladrillos amarillos

La policromía de la fachada encierra, como explica uno de los dueños, un gran anécdota: "Los ladrillos originales se quemaron y salieron en un tono rojo. En la década de 1970, el granjero propietario levantó el techo de la casa, compró ladrillos y los quemó en otro lugar. Y salieron amarillo”

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Un granero reconvertido

El arquitecto, Benny Govaert, supo entender perfectamente el alma del lugar y las necesidades de la pareja y respetó los materiales originales y la estructura, compuesta por una casa principal y un granero.

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Ahora es un B&B

Es precisamente en el granero donde se encuentra el B&B, un espacio al que la pareja ha invertido especial dedicación. Con acabados de acero con recubrimiento en polvo negro de la marca danesa Vipp y los suelos originales, el resultado es robusto, industrial, en sintonía con el resto del recinto, pero también lleno de contrastes con las vistas del campo y las ovejas de la familia paseando por los alrededores.

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Mezcla de materiales

La madera, el concreto y el acero nunca funcionaron con tanta elegancia como en este maravilloso B&B donde da igual donde poses tu mirada, siempre hay un rincón que habla de diseño

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En consonancia con el entorno

El juego de pasado y futuro puede apreciarse en todos los rincones. Los colores desaturados combinan perfectamente con el entorno verde y salvaje del campo que les rodea

Un interior tan sobrio como el exterior
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Un interior tan sobrio como el exterior

Mención especial también al diseñador de interiores Kristof Goossens que con gran acierto se ha mantenido sobrio en la presentación y disposición de los muebles, dejando que sea el espacio el que autocomplete la experiencia.

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Abierta al exterior

La conexión con el exterior es palpable en las zonas comunes, donde encontramos grandes ventanales que unen lo de dentro con lo de fuera. 

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Una cocina negra

La cocina negra llama la atención por sus materiales: los muebles de madera en acabado en negro y, sobre todo, la imponente isla de cocina de granito, otro material que llama a la naturaleza con las líneas modernas que caracterizan el interiorismo. 

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Minimalismo puro

Todo el establecimiento ofrece un estilo minimalista que se ve 'calentado' por materiales como la madera, presente en las vigas del techo.

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Sencillez para disfrutar del entorno

Porque en este B&B, la conexión con el exterior es una máxima. Por eso el interiorismo sigue esas líneas sencillas, donde el blanco es protagonista.

Detalles en negro
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Detalles en negro

El contraste de la base blanca de la decoración con el negro sigue las máximas minimalistas. 

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En la parte inferior

Debajo del B&B, a unos metros bajo el suelo, se ubicó estratégicamente la sauna y la piscina para evitar el frío helado del invierno.

 

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