Es la masia que fue, y a la vez, un espacio completamente nuevo. En realidad, la reforma de Sandra Tarruella Interioristas le ha restituido su esencia, saneándola de modificaciones fallidas, creando una decoración de interiores usando elementos antiguos y despojándola de los que pecaban de incoherencia en el contexto de una masía. En definitiva: el rejuvenecimiento de una decoración rural en sintonía con lo moderno. La fresca desnudez de esa joya de la arquitectura catalana tradicional (la bóveda o volta) destaca más que nunca gracias a la intervención más radical del proyecto: la recolocación de la escalera en un lateral y la apertura en la cubierta de una claraboya que baña con luz natural el nuevo espacio, convertido ahora en comedor principal, con una gran mesa de mármol travertino y sillones de mimbre.
La elección de una decoración de interiores con tonos claros, de materiales naturales y de texturas rústicas es uno de los recursos previstos por el proyecto de reforma. En este sentido, cabe resaltar la recuperación de los techos originales de ambas plantas, en la medida de lo posible, aplicándoles acabados sin barnices, como pintura a la cal, dejando a la vista la belleza estructural de las vigas de madera originales o con mullidas capas de tejido natural. La gran demolición de falsos techos y altillos, el cambio de la entrada (abierta ahora a las vistas) y la incorporación de porches, porticones y cristales han modificado a la vez tanto las fachadas como la distribución espacial interior de la masía. El conjunto de materiales satisface las aspiraciones (como es el caso de los propietarios) de quienes valoran una elegancia sencilla y confortable: piedra, lino, roble, nogal, fibras naturales y acabados a la cal. Valores que se manifiestan en los luminosos interiores y en el gran comedor de verano del porche, perfumado por los aromas del campo.