Cáceres cuenta con uno de los museos más arquitectónicamente apabullantes de nuestro país. Hablamos de la extensión del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, uno de los últimos proyectos de Tuñón Arquitectos. Este nuevo espacio dominado en el exterior por el hormigón blanco se encuentra entre el edificio Casa Grande (anteriormente restaurado por el propio Emilio Tuñón junto a su antiguo compañero Luis Mansilla, con quien formaba el tándem Mansilla + Tuñón) y la muralla medieval del casco histórico de la ciudad extremeña. Pocos lugares ejemplifican mejor cómo la unión de lo antiguo con lo nuevo puede transformar el carácter de un terreno sobrado de historia.

El nuevo museo está dedicado al arte contemporáneo y tiene en la figura de Goya a uno de sus principales referentes. Contiene unas 300 de las más de 3.000 piezas que posee Helga de Alvear. La galerista de origen alemán tiene una de las colecciones europeas más importantes de los últimos años.

Picasso, Kandinsky, Louise Bourgeois o Olafur Eliasson son solo algunos de los nombres que habitarán este nuevo espacio. La mayoría de las obras expuestas no se habían visto aún en España.

La lámpara de Ai WeiWei, pieza titulada Descending Light y compuesta por 60.000 cristales rojos, se quedará en el museo indefinidamente. Igual que el resto de obras más grandes e importantes. Durante el primer año de vida del museo, los visitantes tendrán acceso gratuito. Además de obra pictórica, el museo contiene instalaciones, como la de Power Tools del suizo Thomas Hirschhorn, de 80 metros, y salas de proyecciones de vídeoarte como la que exhibirá The Confetti Piece, de David Claerbout.

A De Alvear le costó tres años recibir la oferta de la Junta de Extremadura y las autoridades de Cáceres para situar allí su museo. También mantuvo conversaciones con los regidores de Vigo, Granada y San Sebastián, pero al final fueron los extremeños los que se llevaron el gato al agua.