Así es el nuevo Depot de Róterdam, el almacén que destronó al museo

Para el diseño de un lugar único el elegido fue el reconocido arquitecto Winy Maas, cofundador del estudio de Róterdam MVRDV. La ambición del estudio era diseñar un edificio muy atractivo donde los visitantes se sintieran bienvenidos. Finalmente eligieron una forma ovoide, parecida a una taza de café sin asa, para que el depósito sea igualmente atractivo por todos lados. El edificio se va agrandando conforme se eleva a lo alto de sus seis plantas para dar cabida a todo lo necesario en su interior: depósitos, estudios de restauración, espacios de hostelería, proyección y presentación. El edificio reflectante, compuesto por 6.609 m² de vidrio subdividido en 1.664 paneles, asegura que la estructura se integre visualmente en su entorno, reflejando en sus paredes todo lo que hay a su alrededor.
 

El primer depósito de arte de acceso público del mundo se encuentra en el Museumpark, rodeado de algunos de los museos más interesantes de Róterdam. El Depot ofrece una experiencia única, ver el arte de otra forma, como si se tratase de los bastidores del museo con toda su colección al alcance del visitante. Los museos de todo el mundo suelen mostrar entre el 6 y el 10% de sus colecciones; el 90% restante está guardado en el almacén. De esta manera, el Depot rompe con la tradición y permite al público experimentar lo que realmente implica mantener y cuidar una colección de arte invaluable. 

Uno de los grandes atractivos del Depot es el "bosque" de su azotea a casi 35 metros de altura. Los abedules, pastos y pinos ayudan a retener el agua de la lluvia (que después se utiliza, por ejemplo, en los aseos), fomentan la biodiversidad y reducen el estrés por calor en la ciudad. Los árboles para este proyecto se cultivaron especialmente en un vivero durante tres años: sus sistemas de raíces están entrelazados para que puedan soportar un clima tormentoso, incluso en una altura tan expuesta.
 

Entre los 151.000 objetos que se encuentran en el Depot se puede observar de todo: cuadros, grabados, dibujos, fotografías, películas, muebles, esculturas, vestuario, juguetes, mosaicos de cerámica... Todo lo que la palabra arte puede abarcar. Eso sí, la impresionante sala de los cuadros llama la atención. En ella se pueden ver filas y filas de cuadros, entre los que se encuentra la Pequeña Torre de Babel de Brueghel el Viejo, de manera que es imposible ver todos. También llama la atención en el Depot la pieza más antigua, una estatuilla de Alejandro Magno de 2.300 años, así como obras de Picasso, Dalí, Matisse, Rineke Dijkstra, Yayoi Kusama o Alicia Framis.

Aunque sea un espacio al público, no hay que olvidar que su función es conservar el arte, por lo que también cuenta con 4 zonas destinadas a la restauración profesional. Las piezas se exhiben de acuerdo con los requisitos climáticos, no por movimiento artístico o época. Cada espacio de almacenamiento cuenta con un clima específico que se mantiene mediante un sistema de control de clima, de manera que hay cinco zonas climáticas diferentes, adecuadas para obras producidas con diferentes materiales: metal, plástico, orgánico / inorgánico, fotografía en blanco y negro y en color. Este método de almacenamiento requiere condiciones climáticas específicas en las que el aire no sea demasiado frío, cálido, húmedo o seco. La regulación de este clima requiere precisión y consume mucha energía. El edificio ha sido diseñado para proporcionar las condiciones óptimas para el arte y, al mismo tiempo, ser lo más eficiente posible desde el punto de vista energético. Siempre que es posible, se emplean materiales sostenibles: el edificio cuenta con iluminación LED, un intercambiador de calor geotérmico, paneles solares, un sistema innovador de control del clima y almacenamiento de agua de lluvia que se reutiliza. 

Por la noche, el edificio no deja de sorprender. La artista suiza Pipilotti Rist ha sido la encargada de crear una instalación de vídeo, llamada Wasting Life On You (Desperdiciando la vida en ti), que se proyecta al rededor del espacio exterior cada noche. Toda una experiencia para redescubrir la forma en la que tenemos acceso al arte.

Fotografías: Ossip van Duivenbode