Imagina poder rehabilitar un edificio antiguo y convertirlo en unas oficinas de diseño. Pues así lo ha hecho Studio Plow, un estudio de arquitectura estadounidense que ha transformado una vivienda de dos plantas en un complejo único para trabajar. Se encuentra en el conjunto residencial de Noe Valley, en San Francisco (California), envuelto de arte por doquier. Con el objetivo de incentivar el buen ambiente laboral, los encargados de darle una nueva cara a este espacio han escogido una serie muebles y colores muy selectos para su fin.
El interior, de 76 m2, está compuesto 5 oficinas independientes que se unen gracias a un espacio diáfano y compartido por todos. El edificio, construido en 1908, está claramente influenciado por la corriente arquitectónica que marcó el fin de la época victoriana y el preludio del art novéau. Después de las catástrofes que sufrió la costa del Pacífico de Estados Unidos en aquella época, esta construcción está marcada por la funcionalidad y la resistencia. En cambio, con el nuevo enfoque de Studio Plow, ha ganado estética y diseño.
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